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viernes, 31 de julio de 2015

La maleta que no quería viajar...

Desde los inicios del taller anda con nosotras esta cochambrosa maleta, conseguida en aquel viaje a Portugal en el que adquirimos las primeras piezas para empezar nuestra andadura empresarial. La idea que teníamos venía inspirada por el post de la semana pasada de las "valijas colgantes" y así comienza esta historia...


Desmontamos todo el interior, que estaba inviable (a los hechos nos remitimos...).


Y nos dedicamos a imprimarla de cabo a rabo.



No sabemos por dónde apareció este libro. Pero estaba tan desvencijado y maltratado en algunas páginas, que, ya que era ilegible, lo mejor destinarlo a otro "noble fin" (que decorar, lo es).


¡Pues a forrar tocan, que ya estamos tardando!


¡Y dale con el mint!, diréis vosotros... Es que el verde nos pierde...


Ya estábamos pensando en colgarla en la pared, cuando una llamada telefónica cambió los planes para esta monería. Reyes y Rafa la necesitaban para el "atrezzo" de su boda. Nos comentaron que nos había conocido a través del blog y preguntaban si teníamos alguna maleta en el taller. ¡Fue cosa del destino! Les mandamos fotos del trabajo que llevábamos realizado con ella y les encantó la idea.




Y esta pequeña historia acaba con la visita de los novios al taller para recogerla. Una pareja simpática, cargada de ilusión, de la que esperamos fotos de su nueva vida juntos.

¿Qué nos habrán preparado las participantes en el Finde Frugal de Marcela? ¡Nos vamos corriendo a averiguarlo!
¡Nos vamos de vacaciones! Durante dos semanitas no publicaremos, pero os seguiremos desde el mar. Cádiz y Huelva nos esperan para el reposo necesario. Vendremos con las pilas cargadas e ideas en nuestras cabezas por doquier, o al menos, eso esperamos. ¡Hasta el 17 de Agosto!

miércoles, 29 de julio de 2015

¡Taza a la vistaaaa!

El día menos pensado las tazas nos salen por las orejas... ¡Qué nos gustaaaaan! A la que toma té, porque toma té, y a la que toma café, por idem de lo mismo..., el caso es que taza que vemos, taza que nos enamora y taza que  nos llevamos "pa" casa del tirón. Y son tan monas que ¡¡hay que lucirlas!! Las usamos, sí, no lo negamos, pero después de un buen fregoteo, nos da pena guardarlas en el armarito de la cocina de rigor y que queden escondidas a nuestros ojos. Ya sabemos que los demás de sendas familias ni se fijan en ellas, todo sea dicho de paso... Quizás una de las Julias, que ya apunta maneras, las observa de reojo captando su belleza. Pero luego sigue con su móvil dale que te pego a los pulgares... ¡Que hay cosas muy interesantes que contar a los amigos! Pues ya está; para lucir nuestras tazas, nada mejor que colgadores o expositores de todo tipo, cada uno en su estilo, pero perfectos escaparates para estas monerías hechas de loza.












Y vosotr@s ¿Las tenéis a la vista... ¡o en el baño!?



Nuestra opción sigue siendo la cocina o el comedor, la verdad... 




lunes, 27 de julio de 2015

Mundo paralelo...

Todavía están las mesas de estudio de nuestros hijos tal y como las dejaron el último día de curso, ¡y no tenemos alma de que se pongan a ordenar, seleccionar y guardar! Que si la piscina, los días de campamento, la barbacoa... El caso es que todo el follón de apuntes, cuadernos, libros y, por supuesto, los porta lápices a rebosar, continúan intactos... Están a la espera, eso deben pensar nuestros vástagos, de que les salgan patas y ellos mismos se organicen. Por cierto, ¿os habéis fijado alguna vez en el submundo que cohabita dentro de un lapicero? Restos enanos de goma de borrar, virutas de madera, clips varios, lápices diminutos imposibles de afilar, capuchones de bolis, grapas sueltas, algún céntimo que otro, botones por doquier... ¡También pensarán que van a vaciarse solos! Nada que ver con los impolutos y originales cacharros que, para el mismo fin, os mostramos hoy, y en los que seguro no encontraremos un mundo paralelo....




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Nos ha encantado la idea de las tacitas de peltre para nuestros bolis y lápices del taller, pero de momento nuestro cisne nos va dando el avío muy decorativamente... Y vosotr@s, ¿dónde colocáis los vuestros?


viernes, 24 de julio de 2015

¡Cúbreme, hombre!

Meriyou, como llamamos cariñosamente a nuestra amiga María José, nos hizo un encargo para tapar, y a la vez decorar, ese cuadro de luces tan antiestético que todos tenemos en las entradas de nuestras casas. En este caso, iba para su casa de la playa, y sólo nos puso una condición... "¡Sorprendedme!". Así que, con la carta blanca por delante, lo primero que decidimos fue comprar el "cubre contador" en una tienda de bricolaje (no nos daba tiempo de fabricarla nosotras por la premura de llevársela cuanto antes).


Sabíamos que éste era uno de los colores favoritos de nuestra amiga y decidimos usarlo. Ahora sólo faltaba encontrar un bonito papel que encajara con ese tono. En principio, nos decantamos por uno romántico y señorial...


Pero cuando encontramos este modelo por casualidad, ya no pudimos quitárnoslo de la cabeza por su aire marinero y por la atracción que sentimos por los faros.


No sólo quería Meriyou ocultar el contador, también que le sirviera de pequeño perchero para llaves y complementos. Así que cogimos el trompo... ¡y a taladrar!


Dos pequeños "cosos" (palabra que usan nuestros niños cuando no saben el nombre de algún objeto) atornillados conveniente, servirán para anclar la caja a la pared.


¡Equilicuá! ¿Qué os parece?


Al final, como veréis, usamos los dos papeles... ¡Son tan bonitos!




Lo mejor, saber que conseguimos sorprender a María José. ¡Le encantó el resultado! Ahora sólo falta que nos mande una foto del cachivache decorando su hogar playero.

Y con este encarguito, volvemos a pasarnos por el blog de Marcela Cavaglieri para compartir un viernes más de creatividad e imaginación.
¡Feliz fin de semana!


miércoles, 22 de julio de 2015

Y ahora, ¡a la pared!

Una de nosotras se compró hace casi veinticinco años un par de maletas de cuero. Estaba recién casada, y la enorme ilusión por decorar su primera casa latía con fuerza en su interior. Ni idea de si por entonces se decoraba o no con maletas, esa es la verdad. Pero esas dos piezas con aire vintage se fueron con ella irremediablemente. Y las puso a los pies de la cama. Nunca olvidará la primera vez que su abuela las vio allí tan colocaditas..."¿Hija, cómo se te ocurre dejar aquí las maletas?" Con el paso del tiempo, del dormitorio pasaron al salón como mesita auxiliar al lado del sofá. Para entonces su abuela ya ni preguntaba, acostumbrada, muy a su pesar, a ver unas maletas recorriendo la casa sin parar... Por eso, y con un punto enorme de nostalgia, no hemos podido dejar de pensar en Carmen, querida abuela, y en qué pensaría al ver las maletas ¡colgadas de la pared! 







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Pues seguro que, aunque las mirara de reojo por un momento, terminaría aceptando este nuevo uso por divertido, original, funcional y, sobre todo, decorativo. ¿A que sí, abuela?


lunes, 20 de julio de 2015

¿Cuándo me vas a colgar la lámpara?

Ese tipo de preguntas son muy usuales entre las féminas y van dirigidas habitualmente a sus varones... Porque, por lo general, son ellos los que se encargan de las pequeñas labores de bricolaje de la casa... Pero, ya se sabe... "En cuanto tenga un hueco, te la cuelgo", "ahora voy, que estoy terminando de ver las noticias", "hoy no, ¡mañana!". En fin, que se hacen de rogar. Una de nosotras no tiene problema alguno en este sentido. Ella lo mismo te arregla un atasco en la lavadora que te pone un enchufe. No necesita pedírselo a nadie. Y eso que su media naranja es un manitas de cuidado, y muy solícito, todo hay que decirlo. Pues esa habilidad la muchacha (qué subidón, ¡muchacha!) la ha heredado de su santa madre. Si, sí, a Maripepa (la mamá en cuestión) no le quedaba otra, porque su Julián tenía manitas de trapo, literalmente. 






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El caso es que hemos descubierto, viendo estas imágenes. que quizás no sea necesario colgar la lámpara, o el espejo. ¡¡Si quedan perfectos sin tener que suspender de ningún techo o pared!!

viernes, 17 de julio de 2015

¡Se acabó el rebuscar!

Hoy se nos ha ocurrido un diy facilito para un problema que seguro tienen más de uno de nuestros lectores.... Necesitamos un cesto pequeñito, de esos que suelen venir como macetero de las plantas que a veces nos han regalado a todos.



Una manita rápida y sin mucha meticulosidad, dejando entrever el mimbre, le dará un aire más original a nuestro receptáculo.


Esta vez hemos experimentado con una nueva pintura a la tiza que hemos adquirido en unos grandes almacenes. No..., no ha sido en Pull&Bear... Nos referimos a unos grandes almacenes de Bricolaje, hombre. Pero la bolsita tiene su por qué...


Al ver que el color era casi idéntico al de la pintura elegida, decidimos usarla, dándole la vuelta, para cubrir el interior de la cestita. ¡Tal que así!


Recortamos lo sobrante...


Doblamos hacia adentro los bordes del plástico ....


Y lo sujetamos al ribete superior del mimbre (nosotras hemos usado silicona caliente, pero un hilo fuerte y una aguja también sirven).  


Y vosotros diréis... ¿Y qué es lo que dejaréis de rebuscar con este simple artilugio? A ver ..., ¿sabéis de esos pequeños paragüas plegladitos que se quedan siempre en el fondo del larguiiiiiísimo paragüero y que para localizarlos tenemos que meter el brazo a todo lo largo y palpar hasta localizarlo? ¡¡¡Pues eso!!!!


Perico pasa ampliamente de nuestras "neuras funcionales y decorativas" y se echa en el sitio más fresquito de la casa. ¡Que vaya calor que está pasando el pobre con ese abriguito de pieles! ¡Qué bien le sentaría una buena lluvia sin paragüas ni "ná de ná"!

Nos vamos a ver las propuestas que han dejado en el blog de nuestra querida Marcela y sus findes frugales




¡Hasta el lunes!