En un viaje a Marruecos que una de nosotras hizo hace tiempo, se trajo unos pequeños borlones con los que ya decoramos en su día una de nuestras lámparas... En el bazar de Marrakech había puestos con verdaderas maravillas de pasamanería; cierto que luego te las encuentras en cualquier mercería patria, ¡pero tiene más sabor traerlas de allí! El caso es que había algunos modelos enormes que alguna de nuestras amigas adquirió para adornar las escaleras de sus casas. Y no ha sido hasta encontrar estas fotos y ver sus muchas posibilidades decorativas, que hemos echado de menos el no habernos traído uno XL...
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Pero entonces recordamos un alzapaños de una antigua cortina que descansaba junto a ella en una caja en el trastero... Una vez rescatado de su destierro, lo fuimos colocando por la casa, aquí, allá... Y en ningún sitio nos decía nada. Cuando esto nos pasa, dejamos las cosas en barbecho; las ponemos en algún sitio bien visible durante días hasta que salte la chispa o la inspiración (hay veces que esto no ocurre, claro...)
Pero esta vez sí nos visitaron las musas... Llevamos mucho tiempo queriendo hacer o hacernos con un colgador de macramé para plantas. ¿Y si nuestro alzapaños sirviera para este fin?
¡Pues sí, sirve!
¡Ala, encantadas que estamos con nuestro borlón y la nueva utilidad que le hemos dado! ¿Qué os parece?