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lunes, 30 de enero de 2017

Una noche en la ópera...

Hoy toca cine, sí. Aunque no nos vamos a referir a la hilarante película de los hermanos Marx, no. Y es que hace unos días hablábamos de que nos hubiera gustado sentirnos, en algún momento de nuestra vida, como Pretty Woman, mimada hasta la saciedad y sacada del arroyo. Esto último nos alegramos de no tener que haberlo vivido, claro, pero lo de entrar en una tienda y que te hagan la pelota porque saben que te vas a llevar el manso, es algo que estaría muy bien. Y que te lleven en avión privado a la ópera, por supuesto a La Traviata, y decir sin pudor al final de la representación...."¡Por poco me micciono en la ropa interior!". Y es que Vivian tenía arte "pa eso y pa más", sólo hay que ver cómo cogía los binoculares en el palco teatral... ¿Recordáis la escena?

Nosotras no hemos vivido nada parecido, pero sí tenemos un ejemplo de esos pequeños y preciosos anteojos (préstamo -para esta instantánea- del coleccionista de arte y papá de una de nosotras) con los que hoy decoramos nuestros hogares.











Contadnos si alguna vez os habéis sentido así.... ¿Nos lee alguna "pretty woman" o algún "handsome man"?

viernes, 27 de enero de 2017

Blanco inmaculado.

Nos encargaron que lacásemos esta cómoda en color blanco, blanquísimo. Sin problema, esto está hecho, dijimos al cliente... Ésta de ahí abajo es la cómoda, y ese cajón blanco, no lo está de pintura, no... Es tal y como se quedó tras la primera mano de lija. ¿Os hacéis una idea de la cantidad de barniz que tenía? Después de ver que nos íbamos a dejar los higadillos con la lija...


..., decidimos atacar con el decapante. Tras una buena mano y su correspondiente tiempo de secado, lijamos toda la superficie con lana de acero. Conseguimos arrastrar "algo" del barniz. Para el cuerpo del mueble, al ser de líneas rectas, recurrimos directamente a la lijadora mecánica. Y para los cajones, volvimos a usar por tercera vez la lija, esta vez más gruesa. Y "hasta aquí", le dijimos al barniz



Lo siguiente fueron dos manos de imprimación y tres de pintura blanca de la marca Titanlux. Lo reconocemos, donde se ponga una pintura acrílica, que se quite la tiza y todo lo demás, al menos para nosotras. Su textura, su acabado, su manejabilidad... O será que hacía tiempo que no la usábamos en un mueble y nos ha encantado el reencuentro. 


Por último, forrar la base de los cajones. Las futuras dueñas de la cómoda serán dos hermanas pequeñas, camino de convertirse en unas señoritas, así que nos decidimos por diferentes papeles vinílicos adhesivos con motivos florales, para darle un toque femenino y atemporal. Todo el mueble, incluido el papel, va protegido con varias manos de barniz para asegurar su futuro uso.







Aquí la tenéis terminada, lo cierto es que el blanco le ha sentado fenomenal y le ha quitado varios años de encima.










Lacar un mueble requiere paciencia y dedicación, pero el resultado final produce mucha satisfacción. Todavía no la han visto sus dueños en persona... ¡Esperemos que la cómoda cumpla todas sus expectativas! Con él nos vamos a ver a Marcela y sus findes frugales, que han vuelto de vacaciones. ¿Nos acompañáis?


¡Feliz fin de semana!




miércoles, 25 de enero de 2017

En vano...

Si, hay veces que nos empeñamos en cosas que resultan totalmente inútiles, que caen en saco roto y que no tienen el menor de los fundamentos. Pero el género humano es así..., se empecina, cree tener la razón y pierde el tiempo en banalidades a las que da la importancia que no tienen. A todos nos pasa, sí, y después, al cabo de algún tiempo, recapacitas y ves que todo ese esfuerzo ha sido en vano, que no merecía la pena y que lo realmente importante de la vida está en la simplicidad, en lo sencillo, pero tenemos la facultad de enrevesar y hacer difícil lo que no es... En vano nos empecinamos en complicarnos la vida y caemos en lo hueco, lo vacío y sin solidez. Y mira tú por donde que da la casualidad de ser ése el significado de "vano" (hueco, vacío y sin solidez). Por eso, hoy le vamos a dar consistencia a nuestros vanos dándoles protagonismo, presencia y contenido....















En vano, sí, pero en otro sentido... ¿Cómo lo veis?


lunes, 23 de enero de 2017

¡Ring!

Una de nosotras no olvida nunca un comentario que le hizo su madre hace bastantes años, referido al piso al que se mudaron sus padres al poco tiempo de casados; el salón era bastante espacioso y, tenía tan pocos muebles, que aquella estancia parecía el hall de un hotel. No sabemos por qué hay algunas frases, aparentemente sin mucha importancia, que se nos quedan grabadas... Será que ésta, en concreto, dejó una impronta especial en una de nuestras cabecitas inquietas, que ya barruntaba su amor por las casas, los muebles y la decoración. Pero igual que una vida se va componiendo poco a poco con vivencias, influencias, reflexiones..., nuestros hogares se construyen casi de la misma manera. Y, además, nos hablan. En el silencio de una habitación, ésta nos cuenta sus necesidades, su perfil bueno, sus mejores horas de luz, en una charla que se mantiene, a veces, durante años. Aún tenemos paredes sin un solo adorno, algún punto de luz con una bombilla, estanterías a medio rellenar... y un timbre de hotel que nos recuerda que, todavía, nos quedan, en la vida y en nuestras casas, muchas cosas por descubrir y aprender. ¡Y a Dios gracias!








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Y vuestras casas, ¿en qué punto se encuentran?



viernes, 20 de enero de 2017

A vuelta con las puntillas

En el último show-room vinieron tres amigas, una con la intención de comprar y las otras dos de acompañantes. Una de estas últimas no paraba de echarle el ojo a nuestras plantas, que no estaban a la venta, sino para decorar  la exposición. 


La chica no pudo resistirse y, en un momento dado, nos preguntó que cuánto costaban. Nos entró la risa y le dijimos que eran nuestras y sólo para ambientar el espacio. Pero ella insistió hasta el punto de que abrió el monedero y nos ofreció un billete pequeño por una de ellas. ¡No pudimos decirle que no!


Estaba más ilusionada, incluso, con su adquisición, que la otra amiga que se llevó uno de nuestros percheros


Y no hacía más que repetir lo preciosa que le iba a quedar en su cocina.


Visto lo visto, nos hemos puesto a decorar más recipientes que teníamos por el taller. De nuevo, puntillas de plástico pintadas en diferentes colores.


Y a pegarlas donde más nos guste, teniendo en cuenta la forma y el tamaño de cada cacharro.


Las hemos hecho con la intención de seguir decorando nuestro lugar de trabajo, pero quién sabe si también enamorarán lo suficiente a alguien como para comprarlas...


Mecachis en diez, ¿nos habremos equivocado de  vocación?

¡Feliz fin de semana!


miércoles, 18 de enero de 2017

Invitando a la suerte

El otro día nos quedamos consternadas cuando, al entrar en unos de nuestros blogs asiduos de lectura, descubrimos que una compañera estaba atravesando un momento de salud muy delicado. No referimos a nuestra querida Inma Luna. Quizás todos no la conozcáis; nosotras en persona tampoco, y eso que es paisana, vecina de Sevilla para más señas. En su bitácora personal, Inma escribe del amor, de la amistad, de sus vivencias, su cotidianidad... A veces es pura poesía, otras se arranca en una denuncia, y muchas veces relata con su increíble gracejo natural, anécdotas imposibles que le ocurren a ella y sólo a ella. Pero como os contábamos al principio, Inma está delicada de salud, tanto como para estar esperando un riñón, necesita uno nuevo y con relativa urgencia... El tema de la donación de órganos es muy personal pero, entendemos que necesario, porque a todos nos puede tocar muy de cerca una situación similar a la que pasa nuestra amiga. Nosotras ya estamos en ello, y nos gustaría aportar nuestro granito de arena para invitar, a quien nos lee, a hacerse donante.  Inma, te deseamos fortuna en la consecución de tu nuevo riñón, y esperamos que estas herraduras que hoy hemos buscado especialmente para tí, te den esa suerte.





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Además, nosotras como algo personal, rezaremos por que así ocurra... 

lunes, 16 de enero de 2017

Adaptarse a las circunstancias....

Hay veces que la vida te trae cambios, cambios inesperados y muchas veces desagradables. Y tienes dos opciones, no asumirlos y sumirte en la más profunda de la desesperación y compadecerte de tí mismo, o por el contrario, aprovechar las circunstancias para renovarte y sacar partido de ellas. Esto es muy fácil de decir pero dificilísimo de llevar a cabo porque, por lo general, esos repentinos giros de ciento ochenta grados vienen a bajar tu autoestima. Hasta que, en un momento dado, vuelves a coger las riendas de tu vida, muchas veces con ayuda de familiares y amigos, y vuelves a ser tú mismo pero con distinta coyuntura. Pues eso mismo le pasa a estos porta macetas. Han sabido adaptarse a las nuevas necesidades en nuestros hogares y lo han hecho de maravilla. Porque no sólo saben portar nuestra flora, también sustentan "naturaleza muerta" sin perder un ápice de su esencia y belleza.













Uy, se coló un lindo gatito..... Y vosotr@s... ¿cómo afrontáis los cambios?




viernes, 13 de enero de 2017

Sencillos y estilizados

Teníamos desde hace tiempo estos cabeceros para camas de 90 cms. La foto es malísima, pero es la única "del antes" que hay. Lua, amiga de la familia, buscaba dos de estas medidas para una habitación con sendas camas. Los nuestros, de lineas sencillas y estilizadas, le gustaron.


Necesitaban una buena mano de lija, y cada una se puso con uno.


Imprimación para asegurarnos un buen agarre de la pintura.


Y el tono elegido, beig antiguo, el mismo que empleamos para la camarera velador, pero esta vez aplicado directamente sin mezclar.


Desde el primer momento tuvimos en mente hacerle algún adorno a cada cabecero. Pensamos en varias posibilidades, hasta que una cobró más fuerza. Guardábamos un pequeño retal de la tela que empleamos en arreglar este costurero puf. Se trata de un tejido bastante grueso con motivos de gran tamaño.


Cortamos cuatro motivos diferentes y dos a dos, los fuimos cosiendo...


... y rellenando de algodón hasta formar un pequeño acerico o mini cojín.


Por último, deshilachamos los bordes un poco, y cosimos unas tiras de cuerda rústica en medio de uno de los lados.


Tras tres manos de color, una de barniz y otra de cera, los cabeceros lucen así de renovados.




Y con su detalle decorativo que creemos les da un toque diferente.



Por una cara...



Por la otra...


Esperando ser instalados en el dormitorio de Lua.



Y con este trabajo nos despedimos hasta el lunes que viene. ¡Esperamos que os guste!

¡Que disfrutéis del fin de semana!