¿Qué hacer cuando, en medio de una tremenda tormenta, aparece esto ante tus ojos? Pues equilibrios con el paraguas, la lluvia torrencial y, por supuesto, la peana. ¡Imposible pasar de largo!
Solita, abandonada en medio de la calle y chorreando. Tanto, que casi no tuvimos que limpiarla, tan solo secarla a conciencia para descubrir que era de aglomerado, y que la mojada le había hinchado las patas por debajo. La foto no es muy buena, pero ilustra los daños...
¡Sin problema! El mueblecito nos gustaba tanto que, por ese detalle no íbamos a abandonarlo otra vez. Además, ¿no hemos pregonado una y mil veces lo milagrosa que es la pintura? Eso sí, queríamos una transformación rápida y ligera, así que atacamos directamente con la de tiza.
Aquí abajo la vemos con el horrible aspecto de la primera mano, ese que Marcela tanto insiste en que no nos desanime...,
..., pues cambia milagrosamente con la sucesiva o sucesivas manos.
Las patitas continúan hinchadas, pero protegidas por pintura y barniz.
La rescataríamos de la lluvia una y otra vez.
¿Verdad?
Esas tres estanterías tienen muchas posibilidades decorativas que, poco a poco, iremos descubriendo... ¡Y eso nos resulta emocionante!
Con nuestra peana nos vamos al Finde Frugal de Marcela. ¿Nos acompañáis?
Y después de esta cita, nos cogemos unos días de vacaciones para vivir con intensidad nuestra Semana Santa. Volveremos el lunes 2 de Abril. ¡Os deseamos unos días estupendos de vacaciones, si las tenéis!