Seguramente, muchos de vosotros sabréis de nuestra afición por el uso del papel pintado. Nos hemos informado sobre su origen, y resulta que procede de Oriente. No es hasta el siglo XVII que llega a Europa, gracias al comercio que se mantenía allende los mares. Pero su éxito se alcanza con la Revolución Industrial, porque, con la mecanización, se abarató el proceso de su fabricación. Ya en el siglo XX se generaliza su uso; desde los motivos florales de principios de siglo, a los geométricos de los años 20-30, hasta su máximo apogeo en los 60-70, con mayor diversidad de motivos y, sobre todo, con muchísimo colorido. Tras decaer un poco en las décadas posteriores, resurge de nuevo gracias, entre otras cosas, a la diversidad de materiales y sus mejoras en las formas de mantenimiento.
Nuestros contactos personales con el papel pintado tuvieron su inicio en el primer domicilio de casada de una de nosotras... Había que poner papel, sí o sí, en aquel pasillo desangelado, y, a pesar del denostado gotelé, la interfecta se puso manos a la obra y decoró el corredor, a media altura, a rayas blancas y amarillas. Y a pesar de los "pinchitos" de la pared, ¡no quedó nada mal! Y como la cosa va de pasillos, ahora le toca el turno a la otra de nosotras. Ella tiene pendiente empapelar el suyo, largo y sin apenas luz natural, con la intención del sacarlo del anonimato en el que ahora vive, y darle una solución decorativa al mismo. Así que, con ese nuevo proyecto en mente, hemos seleccionado, como posibles candidatos, los siguientes modelos de la web. A ver qué os parecen.
En alguna ocasión hemos mostrado rincones de nuestros hogares en los que el papel pintado ejerce de protagonista, sobre todo en alguna pared concreta. Los nuestros tienen ya unos cuantos de años, y es probable que estén incluso descatalogados, pero nos gustan como el primer día, además de conservarse en perfecto estado. Somos fans de este material que permite personalizar espacios y crear atmósferas muy especiales en la decoración, como en los dormitorios
La idea de un papel para un dormitorio relajante y romántico la encontramos plasmada en la siguiente imagen:
Recordamos también, con añoranza, el vestidor del antiguo hogar de una de nosotras... Allí usamos un llamativo diseño de enormes flores, en tonos rosas y verdes (muy en la linea de los gustos de Retro y con encanto, ya sabéis), que convertía ese pequeño espacio en un lugar de ensoñación para su dueña, e incluso para una de nuestras Julias, aún pequeñita, pero que ya apuntaba maneras (en cuanto a gusto por la decoración, se entiende). Desgraciadamente, no poseemos fotos, pero aún permanece en el recuerdo como si de ayer mismo se tratara. Este modelo que hemos encontrado en la red nos produce la misma sensación...
También nos encantan en cocinas y baños. El nuestro de la cocina es vinílico; tiene, sobre la base de papel, una película de vinilo o PVC, que lo protege y, al mismo tiempo, facilita su limpieza. Si os fijáis, está en la zona de comedor, así que os podéis imaginar la de manchas de Cola Cao, tomate, zumos y un largo etcétera, que hemos limpiado a lo largo de los años. Basta un paño húmedo para hacerlas desaparecer.
De este mismo material, hemos seleccionado un par de modelos que nos han llamado mucho la atención y que son firmes candidatos a las futuras renovaciones de nuestras cocinas. Aunque de estilos tan distintos, nos encanta tanto el más alegre e informal, como el romántico y vintage.
Fuente fotos 1, 2, 3, 5, 6, 8 y 9 Papeles de los 70
¿Qué os parecen nuestras preferencias? Lo cierto es que hay sido difícil elegir, pues hay en el mercado una completísima colección de modelos, de los mejores diseñadores y marcas