Parece que ya está entrando el fresquito por esta cálida tierra nuestra... Y ya era hora, sobre todo porque el mes de septiembre ha sido este año de un bochorno insoportable, superior incluso al de años anteriores. Y no lo llevamos bien, ninguna de la dos... Nuestra sangre, nuestro colorido y nuestra sensibilidad es más norteña, así que estamos felices de sacar las primeras prendas de abrigo, un simple jersey, no creáis, que aún el sol protege del frío extremo. Pero nos encanta recuperar nuestras mantitas mullidas para echar sobre las piernas mientras descansamos en el sofá, acomodándonos con su tacto agradable y protector; las alfombras donde descalzarse y sentir la esponjosidad que cubre el suelo; o como los cojines en los que nuestro Perico reposa buscando la calidez que estos enseres de hogar proporcionan a toda nuestra respectiva familia...
Pues eso, que ya apetece rodearse de la acogedora mantita otoñal y bien mullidita, ¿no os parece?