Las comidas de Navidad y sus quebraderos de cabeza...

Seguro que  más de uno piensa igual que nosotras... Qué agradable es reunirse en familia, pero qué tostón tener que preparar esa cena de Noche Buena o la comida de Navidad... Y más si sois como estas dos que escriben, que odian la cocina sobre todas las cosas. Nos angustia, dada nuestra escasa maestría en las labores culinarias, el pensar qué hacer para contentar a los comensales.... En estas fechas tan señaladas donde el plato base es el pavo (frase emblemática ésta de nuestro querido amigo Jaime), hay quien se decanta por el besugo. Por cierto, hace tiempo que no vemos un besugo por estos lares... De mar, se entiende, porque besugos hay muchos en nuestra especie. Qué insulto tan bonito y en desuso, oiga. Ahora imperan otros de mucho peor gusto, sentido éste muy a propósito del tema de hoy. ¡Uy, uy, uy, cómo divagamos! A lo que vamos, que como el cocinar no es lo nuestro, nos hemos decantado por decorar con libros de recetas, como los que nos hemos encontrado en casa de la madre de una de nosotras, tan vintage ellos... ¡Qué bien decoran! Y eso sí que va con nosotras...

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Así que, ya os contaremos a la vuelta de estas fiestas, cómo hemos resuelto las comidas familiares, no sin antes desearos  Feliz Navidad y Próspero Año 2023 (por Dios, si parece que fue ayer que decíamos... ¡que ya mismo estamos en el año 2000!). Disfrutad estos días al máximo. Nosotras nos tomaremos unos días de descanso y volveremos el 9 de enero. ¡Nos vemos el año que viene!

Tus plantas en Navidad...

Ha llegado diciembre y ya no hay excusa para decorar nuestras casas por Navidad. En realidad, no buscamos pretextos para no adornarlas en estas fechas tan especiales; los buscamos para no hacerlo prácticamente en octubre... Que eso de adelantarse tanto no va con nosotras. Pero, cuando va llegando la fecha, el espíritu navideño se cuela sin remedio y lo primero que hacemos, y lo que más ilusión nos hace, es darle un toque festivo a nuestras plantas... Las mimamos durante todo el año y, por eso, se merecen algún detalle que las haga lucir más bonitas, si cabe, y con el que señalar cuan importantes son en nuestros hogares y, también, en nuestras vidas... Unos pequeños racimos de uvas han sido los elegidos para este fin, pero hemos descubierto otras ideas por la red...

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Contadnos ¿Hacéis algo parecido con las plantas de vuestras casas?

De barómetros y termómetros...

Lo del cambio climático nos trae como locas... Primeros de diciembre y nos sobra el chaquetón... También hay que decir que en las casas hace más frío, teniendo en cuenta que, por estos lares, los hogares están acondicionados para el calor. En ese sentido, por el sur de España este verano no hemos notado, apenas y a nuestro parecer, el calentamiento global. ¡Será que ya habíamos llegado al tope de grados! Sin embargo, en nuestro viaje por el norte del país, hemos echado de menos fresco y lluvias. Ni en Asturias, ni en Cantabria, ni siquiera en Bilbao, ¡todo lo contrario! Y eso que íbamos huyendo de las altas temperaturas de nuestra ciudad... Hemos disfrutado, a pesar del calor, de esas preciosas tierras del Cantábrico, así como de su arte, su gastronomía y de su buena gente. Con frío o calor, viento o calma, nubes o despeje, siempre disfrutamos de la diversidad de España. Así que, ¿para qué fijarnos en barómetros o termómetros? Que los meteorólogos se apañen con ellos, que nosotras solo los queremos para decorar.

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¿Tenéis alguno de estos por casa?

De madera y macramé...

Os mostramos nuestro último hallazgo callejero; reposaba sobre una silla muy desvencijada, así que nos imaginamos que formaba parte del respaldo de la misma. Con agua calientes, paciencia y un martillo, conseguimos separar las dos barritas torneadas de los extremos.

Pintamos y decapamos ligeramente la de la derecha con una intención.

Queríamos probar la técnica del macramé, y nos pareció que la maderita podía hacer las veces de soporte para un pequeño tapiz.

Aquí es cuando llega el momento de confesar que es la primera vez que tejemos algo con nudos. Así que pedimos disculpas a las iniciadas por si algo chirria mucho...

Compramos la primera cuerda que encontramos en una mercería. Buscamos a las bravas un vídeo para principiantes en Youtube, ¡y ala!, a anudar sin más planificación ni medida...

Pero somos así; ¡ansias vivas! Por supuesto, cortamos las cuerdas a ojímetro, y cuando se fueron acabando, se terminó también el tapiz. A ver qué remedio...

A pesar de todos sus defectos, nos parece monísimo y, lo más importante, ha sido muy interesante esta primera incursión en el macramé. Amén de que nos ha servido para tomar buena nota de todo lo que hay que hacer previamente, y no hicimos...

Este no es el sitio donde irá, pero nos ha servido para la foto "finish". 

Hemos conseguido reciclar la maderita de una forma original y creativa ¿no os parece?

Pues con este trabajo vamos a casa de nuestra amiga Anna Diydetodounpoco, a participar en el reto Reciclaycreadiy 

Armario ropa blanca

Qué nos gusta la ropa blanca... Ayer domingo, una de nosotras, se dedicó a ordenarle los armarios a su madre, con la que pasa fines de semanas alternos. La hermana mayor (por mucho que le pese y aunque sea sólo por 13 meses) de esa una de nosotras, se turna con ella en el cuidado de la anciana progenitora, y en su anterior turno se dedicó a hacer el cambio de verano a invierno del vestuario de Maripepa, que así se llama la madre de las dos. La verdad es que disfrutó mucho doblando, encarando y organizando la ropa de cama, de baño y mantelerías, aunque va a necesitar mucho tiempo.... Maripepa es de esas personas que guardan y guardan, y además lo guarda en distintos armarios, cajones, burós, sin mucho orden ni concierto...  Muchas de sus prendas son realmente bonitas y deberían lucirse más al exterior, con algún ropero, por ejemplo, de puertas acristaladas...  Pero a falta de pan, buenas son tortas, así que seguirán a buen recaudo en el interior, pero a la vista de quien abra los muchos y estupendos armarios (qué envidia...) que se distribuyen en el hogar de la, esperamos, longeva señora.

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Y vosotros, ¿sois ordenados? ¿Os gusta la ropa de hogar?

Asignatura pendiente...

¡Qué difícil es decorar un pasillo largo, estrecho y sin luz natural! (Y fotografiarlo, ya ni contamos...) ¡Es el peor escenario imaginable! Y sí, hablamos del único que tenemos, y que cuenta con todos los adjetivos arriba comentados... Una de nosotras, dueña del mismo, decidió dejarlo minimalista desde el primer momento, tan solo alumbrado por tres apliques de pared, hasta que le llegará la inspiración necesaria... Con el tiempo, rescató y redecoró estas bonitas molduras que terminaron en él, compitiendo en protagonismo con las lámparas, y dándole un plus decorativo al corredor. Sin embargo, aún resulta insuficiente... Quizás una estrecha estantería en la pared vacía en la que colocar algún cuadro, fotografías familiares... O qué tal un zócalo de madera que recorra toda la parte baja... Ahí andamos intentado decidir qué solución es la que más nos llena, y con la que resolver esta asignatura pendiente...

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¿Qué opináis? ¡Se admiten y agradecen sugerencias!

Barro eres...

Lo natural, como forma de vida, se abre paso con fuerza en muchos ámbitos de nuestra existencia. Cada día intentamos comer de la forma más sana posible, a base de ingredientes saludables y productos sin procesar; nosotras mismas devoramos las etiquetas a la hora de hacer nuestras compras en el supermercado. Lo mismo ocurre con la cosmética, los productos veganos son los que hace tiempo nos interesan. La ropa es cada día más sostenible y no solo eso, nuestros hijos son asiduos de Vinted y otras plataformas con las que compran y venden de segunda mano, siendo raro el día que no tenemos que imprimirles alguna etiqueta para sus pedidos (pequeñas licencias que nos tomamos en la oficina...). En todo este entorno, la decoración, como no podía ser de otro modo, apuesta por una vuelta a los materiales y colores que la misma naturaleza proporciona; madera, barro, algodón... lucen en sus versiones más originales, casi sin adulterar, creando un estilo muy natural que busca volver a lo esencial... Y aunque nuestros estilos no son tan depurados, sí que nos han entrado ganas de adoptar algunas de sus tendencias... Por eso, hemos rescatado del altillo unos jarrones de barro que antaño decoraron uno de nuestros primeros hogares, y que hoy vuelven con fuerza para algo más, esperamos, que una moda pasajera...

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Sin duda, esta tendencia natural va íntimamente ligada a ese vivir más despacio que comentábamos la semana pasada... ¿No os parece?

Las horas de un reloj con historia...

El año sigue su curso, más rápido de lo que nos gustaría a muchos... Los niños cogen rumbo y se van despegando, muy a nuestro pesar... En este mundo de prisas deberían pararse los relojes o, al menos, ralentizarse, porque no disfrutamos lo suficiente de los buenos momentos. Pero como no llueve nunca a gusto de todos (por Dios, que llueva, que falta nos hace), hay quien desea, circunstancialmente, que el tiempo pase rápido, ya sea para superar una pena, recibir una respuesta, o alcanzar una meta. Nosotras estamos en un momento en que preferimos relajar las horas, valorar los momentos y "acaparar" el máximo a nuestros hijos que se van... Esos segundos de antaño, de cuando la vida era más lenta, se marcan (o no) en los relojes antiguos, esas bellezas de mesa que ocupan rincones con mucho encanto, en nuestro caso, en el hogar de los padres de una de nosotras.

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Y vosotros..., ¿preferís la celeridad de los momentos actuales o el sosiego temporal de antaño?