Cada vez nos atrae más la decoración natural. Nosotras, que éramos tan shabby, vemos cómo nuestros gustos van evolucionado hacia una estética más limpia, más neutra en colores, y con elementos que incorporen al ambiente de nuestros hogares la sensación de paz y sosiego que la naturaleza nos aporta. Y qué mejor que el barro, y las vasijas que con él se modelan, para dar ese toque extra de calidez... Teníamos prácticamente desahuciada un ánfora de este material, fea a rabiar, pero nada que una buena capa de pintura no pudiera remediar... Ahora luce así de blanca y perfecta para acoger esas ramas que el otoño pasamos cogimos en un prado de un pueblo de Castilla León... La inspiración para reciclar este recipiente vino directamente de la red, después de ver cómo muchas de las viviendas que visitamos habían incorporado este elemento en su decoración con un resultado precioso... Nosotras quedamos prendadas de la idea. ¿Y vosotros?