Seguro que os pasa lo mismo que a nosotras cuando vamos a elegir el modelito idóneo para el evento del día... La cama termina llena de vestidos, pantalones, tops y cinturones... tras un sinfín de pruebas e indecisiones, Una de nosotras, además, tenía que desplazarse al cuarto de su hija a mirarse en un espejo de cuerpo entero porque en su dormitorio aún no había el apropiado, según sus gustos. Años ha que buscaba una puerta de armario antigua para apoyar en la pared y disfrutar del placer (o el horror, que todo es posible) del reflejo propio con toda una variedad de indumentarias. Pues por fin ha llegado el día en que localizamos la puerta en cuestión. En realidad íbamos en busca de una lámpara de techo para nuestra amiga Marisa, a la que un día redecoramos la suya con tan malísima pata que se nos cayó. Tras una leve vida en el techo de su salón, el brazo que el soldador unió al resto de la lámpara, volvió a desprenderse y, al enterarnos (bien tarde), decidimos regalarle otra. Pero no, no apareció la lámpara y sí la puerta, preciosa ella, con cristal biselado y una bonita moldura decorativa enmarcándolo. ¡No nos pudimos resistir! Entre las dos la metimos en el coche y ¡pa casa! Una buena limpieza y..., ya luce en la pared oportuna.
Hemos intentado encontrar más ideas en la red y, aunque no hay muchas, aquí os dejamos unas cuantas opciones.
En su día os hablamos de una preciosa tienda del centro de nuestra ciudad, cuya decoración nos encantó. Podéis pinchar en el enlace La seta coqueta para recordar el post.
Visto lo visto..., ¿pondríais una puerta con espejo en vuestra casa? ¿Os parece una buena opción , útil y decorativa a la vez?