En esto de las manualidades no se para de aprender, o eso nos pasa a nosotras que, de vez en cuando, nos llevamos alguna sorpresita... Hace un par de meses os mostrábamos la redecoración de una de estas pequeñas tablas de cocina y, al poco tiempo, comenzamos con la segunda.
Esta vez pintamos en amarillo; como la primera tonalidad elegida no nos gustó mucho, dimos otra mano encima, en una gama diferente del mismo color, y lijamos después para mezclar ambos tonos.
Y la sorpresa vino al realizar el decoupage; aplicamos la lámina seleccionada sobre la superficie, previamente humedecida con cola diluida ligeramente en agua, como tantas veces hemos hecho... Y al cabo del rato aparecieron estas manchas en el papel. Hay que decir que se trataba de un papel bastante grueso, de mucho gramaje y gran calidad...
Dejamos pasar un día para que secara bien, pero las manchas continuaban. Por tratar de remediarlo, estarcimos un par de mariposas en esa esquina (era donde más se notaban los goterones), pero qué va, aquello no terminó de gustarnos y aparcamos el trabajo en el taller. Hace poco volvimos a reparar en la tablita y, cuál fue nuestra sorpresa cuando observamos que toda la superficie del decoupage se había igualado... O habían desaparecido las manchas, o todo era una pura mancha... Lo mismo da que que nos da lo mismo... El caso es que se veía bastante bien, y decidimos recuperarla.
Lo siguiente fue colocarle un par de perchitas...,
..., y buscarle un lugar en la cocina para lucirla y donde, por ejemplo, colgar nuestros agarradores de ganchillo. Aunque también nos gusta para los paños o un par de coquetas tacitas...
Pero lo que sí tenemos muy claro es que, cuando en un futuro hagamos decoupage con una papel grueso, lo dejaremos varios día en reposo, hasta ver su aspecto final... Lo dicho, ¡aquí siempre aprendiendo!
¡FELIZ FIN DE SEMANA!