Este año la "semana grande" sevillana ha sido suspendida. Desde los años de la Guerra Civil, cuando se suprimió por la contienda, la Feria de Abril solo ha sido anulada en dos ocasiones. La primera, en el año 1947, fecha en que una gran riada provocó la inundación de la ciudad. La segunda vez ha sido el virus el que ha "herido" nuestra fiesta más alegre y colorida. Y decimos "herido" porque no ha conseguido anularla por completo. Si bien no ha podido disfrutarse en el "real" (donde tradicionalmente se ubican las casetas y las atracciones), sí hemos llevado su impronta a nuestros hogares. Los sevillanos hemos trasladado farolillos, mantones, flores y lunares a salones y balcones, y así, en la noche del pasado sábado, celebramos el "alumbrao" de una manera muy especial: apagamos todas las luces interiores, para volver a encender, a las 12 en punto y todos los ciudadanos a la vez, lámparas y linternas en las terrazas de la ciudad. Decididamente, la emoción embargó a muchos de nosotros, recordando a los seres queridos y amigos a los que no podemos abrazar... No es una celebración, es Esperanza, es seguir adelante y asumir que la Vida debe continuar...
El año que viene esperamos que la situación sea más propensa a celebraciones de las fiestas de nuestra querida España. Fallas, San Fermines, Ferias, romerías son parte de nuestra cultura y, sin caer en la superficialidad, de nuestros corazones. Nos gusta gozar de ellas entre familiares y amigos, esos a los que hoy echamos tantísimo de menos. Dios quiera que esta racha tan desastrosa finalice cuanto antes... Mientras tanto, nos toca ser responsables, pero no solo a los "ciudadanitos" de a pie... Ahí lo dejamos...