Angel nos contó que estas sillas llevaban muchos años en la familia, en un piso que no usan normalmente, y que había decidido recuperarlas para su vivienda habitual. Sin embargo, al no encajar con la decoración de su casa, nos encargó un cambio de look. La tela la trajo él y también nos pidió que conserváramos el binomio de color. Estos los elegimos nosotras, en función de la tapicería. No os vamos a contar paso a paso el proceso, tan sólo mostraros el resultado final y comentar que Angel quedó encantado y nosotras también.
Esperamos que os hayan guastado.¡ Buen gin (uy, perdón...) fin de semana!