viernes, 30 de octubre de 2015

Dos trocitos de madera...

Nos regalaron esta ménsula de madera de castaño, sencilla y rústica como ella sola. ¡La verdad es que nos encantó en su tosquedad! Los dos trozos de madera que la componían estaban sucios y abiertos en algunas zonas, pero no por ello perdía ni un ápice de encanto.


La pintamos a brochazos de manera informal, y lijamos hasta dejar entrever la beta de la madera fundida con la pintura.



Con una plantilla de estarcido, de un coleccionable casi vintage que tenemos, dibujamos esta pequeña flor y volvimos a lijar para integrarla al máximo en el conjunto.


Barniz mate y una manita de cera para terminar




Rústico y con encanto, ¿no creéis? Una sencilla transformación con la que acudimos de nuevo a la cita con Marcela Cavaglieri y sus geniales findes frugales (¡¡ya el número 99!!). ¡Nos vemos allí!


¡Feliz fin de semana!

miércoles, 28 de octubre de 2015

En cajita de cartón

Una de nosotras, junto con su única hermana, pasaba alegremente su infancia en la calle, como todos los niños de su edad. La pequeña rúa de veinte números en la que vivían, y a la que algunos llamaban Penny Lane (famosa vía de Liverpool popularizada por los Beatles en una preciosa canción del mismo nombre), era bastante peculiar. En ella había de todo: tintorería, supermercado, boutique, panadería, bares (a porrones..., lugar de movida en los 80), pollería, tienda de animales, tienda de instrumentos musicales, pastelería (ay..., esas milhojas de Parrilla), colegio de primaria y secundaria.... ¡¡Era una ciudad en miniatura!! Y todos los vecinos se conocían, todos los hijos jugaban juntos e inventaban pequeñas "cafrerías" que no hacían gran daño a nadie. 

Pues bien, una forma más de divertirnos era coger una de las enormes cajas de cartón que nos regalaba Tía Mercedes, después de vaciarlas de material recibido para vender en su librería-papelería, sita en la calle que nos ocupa (¿os habíamos dicho que era una ciudad en miniatura?). Acto seguido, subíamos al último piso del bloque de nuestra amiga Sandra y de sus cinco hermanos, contiguo al establecimiento, y uno de nosotros se introducía dentro de la caja. El resto procedía a empujarla escaleras abajo y que fuera lo que Dios quisiera..., léase risas por doquier y algún que otro moratón.

¿Y a qué viene todo ésto? Pues a que no hay caja de cartón que se nos resista, ya sea para decorar, ya sea para usar en nuestros envíos. Ellas nos permiten remitir las ventas a nuestros clientes y que lleguen a buen recaudo. Y, por si no lo conocéis, queríamos hablaros de Packlink, un comparador de empresas de paquetería de primer orden, como UPS y otras de reconocido prestigio. Este buscador os facilitará tremendamente cualquier envío que queráis realizar, pues, como reza el lema de la empresa ,¡compara, envía y ahorra!








Insistimos. Las usemos para regalos, para paquetería o para decorar, lo que estamos convencidas es que estas cajas de cartón van a seguir siendo parte de nuestras vidas, y seguro que de las de muchos de vosotr@s. ¿A que sí?


lunes, 26 de octubre de 2015

Zona de pintura

Nuestro taller no es glamuroso..., no... Para nada.... ¡Y mira que lo intentamos! Pero cada día tenemos menos espacio, más herramientas, más tonos de pinturas, más muebles que restaurar... ¡Y menos organización! No sabemos cómo hacerlo... Ni a la visión estética de una ni a la espacial de la otra sabemos sacarle partido en cuanto se trata de aplicarlas a nuestro "obrador". ¡Y mira que ponemos empeño!."Venga, vamos a sacarlo todo y a ver si apilando de esta manera aprovechamos esa esquina". "Uy, Julia, los botes de pintura...., ya no caben en ese estante... ¿Los distribuirlos en la balda más alta? Uff, es que los necesitamos más a mano...". "¿Dónde está la espátula pequeña, Yenia? ¡Si es que no encontramos nada en este batiburrillo!".... Comentarios como éstos son una constante en nuestro día a día. Pero no desesperamos. En algún momento conseguiremos que nuestro lugar de trabajo llegue a tener el orden y la belleza que ansiosamente buscamos. Estas zonas de pintura ya lo tienen y nos servirán de insipiración. ¡Tomamos nota!











Y vosotros... ¿Tenéis vuestros talleres tan monos?



viernes, 23 de octubre de 2015

¡Y dale con el mint!

Trabajar con un mueble en bruto es bastante satisfactorio. Tras una mano de lija, la madera queda suavita y perfecta para intervenir, y es un gusto ver cómo la brocha va cubriendo cada trozo de superficie. De nuevo carta blanca para decorar este mueble. De nuevo lo hemos fotografiado a medias, esto es, sin los cajones... No tenemos fotos del proceso, así que lo explicaremos brevemente. Imprimación y pintura blanca para la estructura tal y como la veis en la foto.


Verde aguamarina,  papel vinílico a tono para los cajones...


... y esos pomos que ya usamos en su día y de los que justo nos quedaban cinco. ¡El color no podía ser más igual!






¡Nos encanta el aspecto fresco y ligero que le hemos dado a esta consola! ¿Qué os parece?

¡Feliz fin de semana!

miércoles, 21 de octubre de 2015

La joven de la perla


Este famoso cuadro de Vermeer tiene su aquel, ¿no creéis? La mirada subyugante de la chavala, ese estiloso turbante que corona su testa, ese leve claroscuro que resalta la luz del rostro, el llamativo zarcillo que pende de su lóbulo.... Pues si, ese rostro femenino tiene un no sé qué misterioso..., como "un algo" oculto... ¿Guardaría algún secreto, como la perla que parece colgar de su apéndice auricular? Porque nos hemos enterado (que somos nosotras muy cotillas) que hay muchas dudas sobre sí realmente era nácar lo que pendía del exterior del pabellón auditivo de la joven. Al parecer, el título original del óleo podía haber sido "Un retrato al estilo turco". Además, se dice que en el siglo XVII había escasez de perlas, y que éstas eran usadas por grandes damas, lo que no parece ser la retratada. ¿Sería de estaño pulimentado o plata ese pendiente? Pues que se peleen los entendidos, que nosotras seguiremos disfrutando de la belleza de este cuadro, como los propietarios de estos hogares que le han dado protagonismo en sus estancias.














Aún recordamos la película en la que Scarlett Johansson da vida a la chica inmortalizada y nuestro adorado Colin Firth (¡cómo nos gusta a ambas ese actor!) al pintor holandés. Una visión costumbrista con aire romántico que recomendamos veáis. 


lunes, 19 de octubre de 2015

¿Vestimos la silla?

Ya hemos comentado otras veces lo que nos gusta mover los muebles de nuestra casa... Y en esta ocasión le ha tocado el turno a los escritorios de nuestras respectivas habitaciones (y sin ponernos de acuerdo, toma ya...). El caso es que, en uno de ellos, la silla queda ahora dando la espalda a la entrada del cuarto. Un día de estos, al llegar a casa y dejar en el respaldo de la misma la chaqueta, nos gustó lo mona que quedaba allí puesta, ¡y ahí sigue¡ Al margen de las exuberantes formas de vestir estos asientos en bodas, bautizos y otros saraos, también es posible darle a la silla un toque decorativo en casa con pañuelos, borlones, mantones, sombreros... ¡Vamos a ello!








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¿Vosotr@s vestís vuestras sillas?



viernes, 16 de octubre de 2015

Con sellos y a lo loco

Irene quería transformar esta cajonera y darle un aire más actual y luminoso. Parte del encanto del mueble reside en sus originales cajones. Como es complicado de explicar con palabras (aunque sabéis de buena tinta que nos expresamos de maravilla, jejeje), en las fotos iréis viendo de qué se trata. Lo que sí os diremos es que su dueña quería deshacerse de las flores secas que lo decoraban.


Nuestra amiga escogió está tonalidad gris báltico para el exterior del mueble, y el resto lo dejó a nuestra elección. Un papel de sellos sirvió de punto de unión con el interior....


... que pintamos a brocha suelta (a lo loco, como decimos nosotras) con el color Fogoso de la tienda de nuestra amiga Lucía de Momentos Vintage, y que lijamos con energía para resaltar la madera.


Así es el interior del cajón, con una tablita que hace las veces de separador y en cuyo espacio delantero estaban las flores secas iniciales.


Ellas han pasado a mejor vida y han dejado todo el protagonismo a la tablita redecorada...


... para que el cajón luzca ahora así.


Un cambio sustancial que gracias a un buen lijado permite mantener la esencia rústica del mueble. 



Ahora queda que Irene lo disfrute y decore con él su nuevo hogar ¡y su nueva vida!

miércoles, 14 de octubre de 2015

Quién lleva a quién...

En el último mercadillo al que acudimos, tuvimos de vecina de puesto a una señora encantadora que vendía unas hermosas flores de telas confeccionadas por ella misma. Eran flores de un tamaño generoso, para llevar puestas: en un lateral del vestido, en el bolso, como tocado, en el cuello con unos collares de perlas que allí mismo te podías comprar... Las dos nos quedamos prendadas de ellas, pero coincidíamos en nuestra incapacidad para colocarnos una. Es una simple cuestión de estilo, y el nuestro, más bien minimalista a la hora de vestir, nos haría sentir que la flor nos llevaba a nosotras, en vez de nosotras a ella... Sin embargo, nos quitábamos la palabra de la boca evocando lugares de nuestro hogar donde colocaríamos esa misma flor: en una lámpara, en un busto, junto a la cama... 




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¡No tenemos remedio! Desde que estamos dedicadas al blog, más de una vez y de dos, al ir de compras, hemos vuelto cargadas con alguna prenda o complemento ¡para decorar nuestros maniquíes! ¿Estaremos padeciendo alguna clase de síndrome?¿Alguien más lo sufre?


lunes, 12 de octubre de 2015

"Patogonista"

En más de una ocasión nos han castigado nuestros padres por pequeñas gamberradas que nuestros hermanos o hermanas, sibilinamente, han hecho parecer obra nuestra, siendo ellos los verdaderos culpables. ¿A que os ha pasado? ¡Y qué rabía (o coraje, que decimos por estos lares) da "pagar el pato" cuando uno no ha hecho lo que se le imputa... En fin, a lo que vamos, esta expresión la usaban en el Medievo los cristianos para insultar y ofender a los judíos. Éstos decían ser el pueblo elegido por Dios y tener un pacto con Él sobre el que basan su fe. Los cristianos solían acusarles de todas las desgracias y males, y les acosaban en sus sinagogas diciéndoles "aquí pagaréis el pacto", refiriéndose a quemar sus templos con ellos dentro (qué bonito...). La palabra pacto derivó en pato, y así surgió la expresión que tanto usamos los españoles. Pero no, no nos gusta pagar el pato... Sólo pagaríamos por estos que decoran con tanto arte todo tipo de estancias, haciéndose "patogonistas" indiscutibles de estos hogares.









Y vosotr@s... ¿habéis pagado el pato alguna vez? ¡Seguro que sí!


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