Seguimos con el betún...

El viernes pasado, cuando publicamos esta cómoda,  no nos dio tiempo de acompañarla de un cuadro que también nos habían encargado redecorar sus dueños. No tenemos foto del antes, íbamos tan aceleradas para terminarlo a tiempo, que se nos pasó...

Las consignas eran las mismas que para el mueble, pues ambos forman pareja decorativa en la entrada de la vivienda. Así que pintamos en blanco roto, previa protección del dibujo, claro está...

..., y envejecimos con lija y la misma mezcla de cera con betún de judea.

Insistimos más en la zona craquelada, para acentuarla, y así seguir manteniendo la estética inicial del marco.

Y este es el resultado final. Lo cierto es que la pintura ha cobrado vida enmarcada en un color más claro.

¿No os parece?. Aquí podéis ver el conjunto terminado, que ya está en casa de Cristina y Eduardo.

Y que han tenido la deferencia de enviarnos una foto de su casa, con  nuestro trabajo luciendo en todo su esplendor. ¡Qué satisfacción y tranquilidad saber que les ha gustado!

Pues con esta sensación de alegría, encaramos el fin de semana que, deseamos, sea estupendo para todos.

¡FELIZ FIN DE SEMANA!

Peldaño decorativo...

¿Os hemos contado alguna vez que tenemos un poquito de claustrofobia? Una más que otra, desde luego, pero hay algo que ambas tratamos de evitar a toda costa, y son lo ascensores; tan solo accedemos a usarlos, acompañadas, y por una causa casi de fuerza mayor. El último mueble que tuvimos que recoger de un sexto piso fue todo un desafío... Desafió que al final solucionamos pidiéndole a un electricista que andaba arreglando algo en la planta, nos hiciera el favor de bajar el escritorio por el montacargas. Otras veces, que también se ha dado el caso, mesillas, sillas, espejos... viajan solos y a sus anchas en elevadores, tras pulsar nosotras, desde fuera, el piso correspondiente. Os imaginareis que, en todos estos casos, las "mendas lerendas" vamos subiendo o bajando escaleras a velocidad de vértigo, para llegar al destino a la vez que el buen samaritano o el mobiliario en cuestión... Total, que de peldaños sabemos un rato pero, bienvenidos sean, si son por cuestiones decorativas... 

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Contadnos, ¿tenéis algún temor o limitación de este tipo?

¡Sal de tu jaula!

Por nuestra experiencia personal sabemos que no es buena idea que tu pareja sea tu único apoyo... Es importante cuidar el resto de relaciones porque ayudan a no sentirte enjaulada en un solo ambiente. Las amigas y amigos de la infancia, las amigas nuevas (con la edad quizás busquemos más a las de nuestro sexo), incluso las parejas de tus amigas pueden, en un momento, servirte de ayuda en algún que otro aspecto de la vida diaria. Hoy mismo una de nosotras ha visto la luz, y nunca mejor dicho, gracias a los consejos de una buena amiga y los conocimientos del marido de ésta, quien trabaja en la Compañía de la Luz de nuestra zona... Estas pequeñas cosas son las que hacen que subas en tu autoestima, algunas veces mermada si no ves solución a problemas que, en ocasiones, se te hacen un mundo, pero que si se ven desde fuera, no tienen mayor importancia. Es fácil perder la esperanza, pero gracias a esas apreciaciones externas, volarás de la jaula del miedo, aunque esté en alto, subiendo más aún hacia el optimismo de prismas más positivos.

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¿Os habéis visto alguna vez enjaulados? 

¡Dale al betún!

Nuestros clientes y amigos Cristina y Eduardo, tenían esta cómoda de madera oscura que querían aclarar para darle un aire más alegre y juvenil.

Así que le metimos mano, y tras vicisitudes varias como gripe y fiestas "de guardar"..., un lijado profundo dejó el mueble en este estado.

Eligieron un color blanco roto, pero con el fin de matizarlo después...

Y fue el betún de Judea el que, unido a la cera, sirvió para, tras cuatro manos de pintura y lijado de aristas, crear la pátina que deseaban sus propietarios.

Calentamos la cera en el microondas para facilitar la mezcla con el betún, y su posterior aplicación.

Fueron dos capas de cera y betún las que untamos para conseguir el grado de envejecimiento solicitado.... Y este es el resultado.

El cambio es significativo, ¿no creéis? 

El lunes recogerán la cómoda y esperamos que, en vivo, les guste tanto como en las fotos que les hemos enviado. ¡O mejor más!

Con este nuevo encargo realizado, nos despedimos hasta la semana que viene.

¡Feliz fin de semana!

Cepillando...

Es de lo más relajante observar cómo un gato se acicala... Se toma su tiempo..., con tranquilidad, con cadencia, con elegancia.... Se lame cada "rincón" de su cuerpo de forma silenciosa, e ignorando por completo al resto del mundo, sobre todo a ti, que te quedas embobado disfrutando del aseo del minino. Un día te das cuenta que también le gusta que tú le ayudes a atildarse, y que un cepillado suave y sin estridencias puede llegar a encantarle. Incluso te lo pedirá. Perico, nuestra mascota del blog, aunque "propiedad" (el amo es él, que conste) de una de nosotras, aprovecha que vas al baño para pedir, primero, que le abras el grifo de de la bañera y dejes un hilo de agua para proceder a hidratarse. Luego, se afila sus uñas en la alfombrilla y se te queda mirando anhelante hasta que abres el cajón donde guardamos su cepillo... Entonces se tumba y empieza a ronronear mientras la dueña procede.... Y es que, hay que reconocer que un cepillo da muchas alegrías y beneficios, ¿no? Nuestro cabello, nuestros dientes, nuestra espalda, nuestra ropa.... ¡Y decoran!

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Así que, ya sabéis, coged un cepillo y.... 

Colgados

Después de años sin asistir a una boda, resulta que, en nada de tiempo, hemos tenido varias, y otras tantas que nos esperan en los próximos meses. Están empezado a casarse los hijos mayores de nuestros amigos, de nuestros primos, de nuestros hermanos... y esto solo significa una cosa; ¡que el tiempo pasa, incluso para nosotras! Pero no es cuestión de lamentarse, sino todo lo contrario, de celebrarlo, y por todo lo alto, que es lo que nuestros amigos o familiares se merecen en un día tan especial. Así que sacamos toda la artillería pesada para lucir a la altura del evento: peluquería, manicura, pedicura, modelazo...¿Y sabéis qué? Aunque toda la parafernalia que requiere nuestra puesta a punto o restauración..., nos deja agotadas aún antes de salir de casa, sienta de maravilla dejar colgados por un día los vaqueros, junto al resto de los abalorios que no hemos llevado, y salir de casa cual cenicientas modernas, sintiéndonos princesas por unas horas...

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Contadnos, ¿Tenéis bodas a la vista? ¿Os gusta preparaos para la ocasión?

Vela selvática

Es la primera vez que acometemos el tuneo de una vela. Teníamos ésta de generosas proporciones que resultaba un poco sosa, y  venía retándonos desde hacía tiempo... 

¿Habremos visto tutoriales de nuestras compis blogueras, sobre cómo hacer decoupage en una vela? Pues un montón, y todos de gran calidad... Pero, como somos como somos, nos lanzamos a ello sin consultar uno siquiera... Por eso, al aplicar la cola, y ver cómo resbalaba sobre la cera, nos asaltaron todas las dudas del mundo sobre la viabilidad del asunto.

Aunque ya no quedaba otra que probar. Elegimos un papel de seda, demasiado delicado para nuestro gusto, con el que envolvimos la vela en su contorno. Y, a pesar de nuestros miedos, se adhirió estupendamente a la superficie.¡Menos mal!

Recortamos el sobrante con unas tijeras y lijamos para integrarla mejor.

El resultado final nos gustó mucho, aunque tiene el fallo del papel elegido. Es tan fino y delicado que, al manipular la vela para terminar el trabajo mientras estaba mojado, se rompió por varios sitios...

Quizás también fuimos un poco osadas al querer hacer un decopage que cubriese toda la vela...

Pero mona y natural ha quedado un rato, ¿A que sí?

Su destino, una de nuestras terrazas, para decorarla y amenizar las noches de verano que están a la vuelta de la esquina.

Con esta frusleria selvática, nos despedimos hasta el lunes...

¡FELIZ FIN DE SEMANA!

¡Cuidado con el tiesto!

Hay una expresión que usamos mucho por estos lares.... Tirar los tiestos... Aunque también hemos escuchado "tirar los trastos" por otras zonas, hay que decir que hemos descubierto que fue en la Sevilla del XIX, después de la Guerra de Independencia, cuando se adoptó una curiosa costumbre... Si en la guerra se usaban las macetas como arma arrojadiza desde las terrazas para atacar a los franceses, cuando el enfrentamiento militar terminó, se usó esa misma forma de "ataque" para cortejar a las mujeres. Ojo, sin dar a la fémina, se entiende. Se arrojaba justo antes de pasar bajo el balcón del "romeo" para llamar la atención de la chica y echarle algún que otro piropo. Además, así presumían de posesiones y casas con la consiguiente posibilidad de impresionar y formar pareja con facilidad. Si no habían macetas, pues se tiraban incluso tejas o algún que otro trasto que hiciera ruido... ¡Qué cosas! ¡Habría que ver las reacciones del feminismo de hoy día! Nosotras preferimos los tiestos en su sitio, y si están decorados pues... ¡mejor que mejor!

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¿Cómo os gusta a vosotros el cortejo (si es que os gusta...)?