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viernes, 11 de septiembre de 2020

Un sillón de ida...

Algunos veranos nos llevamos a la playa muebles o complementos decorativos que redecorar durante las vacaciones, como este silloncito heredado.


Una pasadita rápida con la lija es muy aconsejable para "matar" el brillo del barniz...,


..., y que así agarre mejor la pintura, a la tiza, en este caso. Al ser un asiento tan curvilineo, lo hemos pintado íntegramente con brocha.


Tras una mano, su aspecto aun dejaba mucho que desear...,


..., y tres fueron necesarias para que quedar completamente a nuestro gusto.


Este silloncito se iba de vuelta a Sevilla, pero nos gustó mucho cómo encajaba en este rincón...,




..., en el que, realmente, no había nada con anterioridad...


Total... ¡que allí se ha quedado!




Mientras no estemos allí, sostendrá, en vez de unas posaderas..., las plantas que decoran la terraza durante el tiempo estival (se dejan ver allí en la foto anterior a ésta...). Y forman tan buena pareja que no hemos querido dejar de compartir la foto con vosotros.  Esperando que os guste, solo nos queda desearos un 


¡FELIZ FIN DE SEMANA!


viernes, 24 de enero de 2020

Un sillón muy señorial

Hace unas semanas os mostrábamos esta mecedora de rejilla, encargo de nuestra amiga Marga, quién ha vuelto a confiar en nosotras para redecorar y retapizar esta preciosa butaca de época.



La lija, sin duda lo más penoso, es lo primero de todo para que agarre bien la posterior pintura, por muy de tiza que sea...


El color elegido es el mismo de la mecedora, pues ambos asientos van a compartir espacio en el salón de la casa de la playa de la familia. Veréis que la tela original ya no está, pero no seremos nosotras las que nos encarguemos del tapizado; como otras veces, nuestro tapicero de confianza se ocupará de rehacerlo por completo.


Después de cuatro manos de pintura, y dos de barniz, el sillón luce así.


No han querido que lijáramos para envejecer, así que con la pintura y la tapicería elegida, luce un aspecto más moderno...,


..., y con un toque étnico muy rejuvenecedor.


¿No os parece?


Las fotos las hicimos en uno de nuestros salones, y nos encanta como luce en él...


 Ya le hemos dicho a Marga que, como no venga pronto a recogerlo, ¡aquí se queda!


Bromas aparte, es cierto que nos chifla cómo ha quedado, ¿y a vosotros?

!FELIZ FIN DE SEMANA!


miércoles, 24 de julio de 2019

Popurrí animal

Nuestras respectivas Julias quieren modificar sus dormitorios... Notamos cómo sus gustos van creciendo con los años, y ahora, a punto de cumplir los 20, su madurez también alcanza a la estética decorativa. Ya no quieren paredes rosas ni con flores, no; ahora buscan tendencia... Colores naturales en las paredes, auxiliares de diseño, algún que otro toque dorado... Por supuesto, "¡la alfombra de ositos desterrada, mamá! He visto una piel de cebra en tal tienda que me encanta y quedaría preciosa en mi habitación. ¿Podemos comprarla?". Esta frase va acompañada de una sonrisa embaucadora y cejas levantadas que desarma a la más pintada. Y tú, que no estás para gastos, sólo dices.... "Ya veremos", frase corta efectiva que mantiene a raya a cualquier vástago que se precie. De momento, el único animal print que comparte con su madre es este pequeño bolso tan cuco. De las modificaciones en su cuarto..., ya veremos.






¿Cómo llevan vuestros hijos su crecimiento en gustos? ¡Contadnos con detalle!


lunes, 10 de julio de 2017

Enmanuelle y el pavo real

A ver cómo enfocamos este post.... El nombre ya nos da una mijita de corte... ¿La recordáis? Era una chica flacucha y de pelo corto, algo casquivana, personaje principal de unas cuantas películas eróticas de la Francia de los 70.  Al parecer (nosotras no podemos dar fe de ello, que conste), esta muchacha hizo las delicias de muchos en esa época, en cuanto a fantasías sexuales se refiere, pero lo que nos importa a las dos de este famoso film es el aspecto decorativo, ya sabéis. Y es que Enmanuelle popularizó la llamativa Silla Peacock, creada por Hans J. Wegner en 1947. Ese hermoso y exagerado respaldo, que recuerda muy mucho a la impresionante cola de un pavo real ,se convirtió en un icono del diseño, pero sin duda, la película llevó a más altas cotas de popularidad a este emblemático asiento. Nosotras, de momento, nos conformamos con una miniatura, que los excesos, en todos los sentidos, no van con las buenas formas.













¿Qué os provoca esta original butaca? Tenéis alguna versión en casa?



lunes, 20 de febrero de 2017

De madera y junco.

El mes pasado se presentó el Cartel de Fiestas de la Primavera de Sevilla 2017. De la pintora Nuria Barrera, el cuadro lleva por título "El alma de Sevilla" y, desde el primer momento en que lo vimos, nos cautivó y emocionó a partes iguales. No sólo por el simbolismo que, para un sevillano, encierra la obra, también por el carácter acogedor y cercano de la misma; es como si estuviéramos dentro de nuestras propias casas organizando y preparando nuestras fiestas mayores. Y, aunque no todos podamos contar con un armario destinado sólo a las túnicas y trajes de flamenca, éste mismo del cartel sería el soñado por cada habitante de esta ciudad. Pero, e inspiradas por esta obra de arte, es de esa silla de enea de color blanco que aparece en primer plano, de lo que vamos a hablar hoy... Pocos muebles son tan de aquí como este asiento de madera y junco que se despliega en Semana Santa por las calles del centro de la ciudad, y durante la Feria de Abril en cada caseta. Y mucho más... resulta que hace unos meses una de nosotras se encontró una debajo de su casa sin imaginar nunca el juego decorativo que iba a darle. Lo mismo que estas otras que hemos visto por casas del mundo, en las que han encontrado un rinconcito donde ubicarse con el arte y salero que despliegan por nuestra tierra. Un asiento humilde, pero con la presencia que dan los años y el saber acumulado de los artesanos que la tejen.






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¿Tenéis alguno de este estilo por casa?



miércoles, 16 de noviembre de 2016

Con nombre y apellido

Cuando una de nosotras se casó, de eso hace ya la friolera de 26 años, todo en su casa era piel negra, madera lacada en el mismo color y acero... ¿Os parecerá increíble, verdad? Pero huíamos de los hogares clásicos de nuestros progenitores, y la nuestra, mucho más moderna, era el contrapunto perfecto. Los años, la propia evolución en los gustos, las mudanzas..., fueron atemperando la excesiva frialdad que esta decoración proporciona, para mezclarse con maderas naturales, toques de color en los complementos, otras texturas y materiales que daban calidez y mucho más confort al ambiente. Sin embargo, la arquitectura, profesión de uno de nuestros hombres, y nuestros estudios de arte y diseño, nos han hecho enamorarnos de muchos muebles emblemáticos, sobre todo sillas y sillones que, con el tiempo, se han convertido en auténticos iconos y que, aún hoy, a pesar de la evolución de estilo que hemos tenido, siguen ocupando un lugar preferencial en nuestras casas.  Estos clásicos tienen la virtud de adaptarse a cualquier ambiente, pues su presencia y su peso en la decoración, los sitúa por encima de modas y estilos.

Así que, cuando SuperStudio nos propuso hacer un colaborativo hablando sobre sus sillas y sillones, lo tuvimos claro; en nuestro estilo ecléctico, con algún toque romántico y retro, encajan a la perfección. Y era la ocasión perfecta de mostrar nuestros propios modelos, esos que podréis encontrar en su página web y, por supuesto, muchos más.

Silla Wassily de Marcel Breuer en Superestudio.com


Silla Series 7 de Arne Jacobsen en Superestudio.com


Silla BKF de Bonet en Superestudio.com
Mientras esperamos y decidimos cuál próximo asiento con nombre y apellido formará parte de nuestras vidas, los disfrutamos en miniatura.


SuperStudio tiene una enorme variedad de modelos a elegir, con cientos de colores y texturas, y con precios muy competitivos. Seguro que os costará decidiros, porque todas sus sillas y sillones son emblemáticos. ¿Cuál os gusta más?


miércoles, 14 de enero de 2015

Para dormir la oreja

Otra vez volvemos a las andadas... Echamos de nuevo la vista atrás, a nuestros hogares de juventud donde los sillones orejeros ocupaban un lugar especial en cualquier cuarto de estar que se preciara de serlo. ¡Estaban rifados! Pero siempre solían tener un único dueño.... "¡Ahí no te sientes, que ese es el sitio de papá!" "¡Pero ahora no está, así que me lo pido yo!"... "¡Mamaaaá, la niñata se ha sentado en el sillón de papá!"... "Shhhh... Chivata, más que chivata..." Por supuesto, a papá no le importaba nada que alguien se sentara en él en su ausencia, pero cuando llegaba a casa después de un agotador día de trabajo, ¡ay de quién quisiera arrebatarle su santuario del descanso...











Y es que planchar la oreja en uno de estos es un placer de dioses... ¿No creéis?


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