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viernes, 21 de mayo de 2021

Un espejo muy muy fresco...

 Este espejo de mesa fue un regalo de Adora a una de nosotras. Con la mudanza era algo que no entraba en su nuevo hogar, por su decoración más minimalista y moderna. Lo cierto es que tampoco nos cuadraba demasiado a nosotras... Quizás el dorado, o tanto repujado, no sabemos muy bien el qué... Pero quisimos darle una oportunidad.


Empezamos por separar el espejo de su continente. La suerte estaba de nuestro lado, pues estaba acoplado al abanico como si de un marco se tratara, con la consiguiente facilidad para extraerlo.


Y una vez retirado...


... pintura a la tiza en blanco.


¡Simple y llanamente!


Qué poco se necesita para dar otro aire a cualquier objeto, ¿verdad?  El caso es que ahora nos resulta más atractivo, fresco y acorde con la decoración de uno de nuestros hogares, tanto de día...


... como de noche.


Pues con este sencillo trabajo queremos acudir a la fiesta tan especial que nuestra amiga Anna celebra por su doble cumpleaños; el de su blog y el de su reto "Aprendiendo De todo un poco" que, en esta edición,  tiene como temas a elegir, espejos o flores... ¡Muchísimas felicidades, Anna!


Y nos despedimos de vosotros hasta el próximo lunes en que intentaremos poner un poquito de luz decorativa a vuestras vidas.


¡FELIZ FIN DE SEMANA!


viernes, 14 de diciembre de 2018

Quien tiene una esquina, tiene un tesoro...

En otro post, ya os hablamos de una ménsula que esperaba su turno en el taller. ¡Pues he aquí!


Lo que más nos atrajo de ella era que se trataba de un modelo en esquina, y de generosas proporciones.


La pintura era fundamental para restarle seriedad, y aligerarla visualmente.


Nos decantamos por una plantilla de un abanico, para decorar con este motivo la parte inferior de nuestra ménsula. 


Gris y blanco...,


..., un poco de juego con la plantilla...


..., para darle movimiento y vidilla.



¡Y una esquina! Y una mano fuerte...


El tema de la esquina ha tenido miguita... En el taller había una disponible con suficiente tamaño, pero, las paredes, pintadas en el mismo color de la ménsula, servían de camuflaje total para nuestro auxiliar...


El siguiente "corner" válido, estaba metido en un hueco sin apenas luz natural, con lo que las fotos eran un horror, llenas de sombras imposibles de evitar.


Pues nada, al piso de una que nos fuimos, donde, por fin, encontramos el anhelado ángulo perfecto.


Aunque, no era cuestión de agujerear sin más la pared....


Podríamos haber obviado la manita, cortando por aquí y por allá las imágenes, pero, así tal cual, como la vida misma, nos han parecido que tenían el encanto que solo la realidad y la naturalidad, consiguen ¿no os parece?

¡FELIZ FIN DE SEMANA!


lunes, 8 de octubre de 2018

Cestas..., de madera.

Hace mucho tiempo que encontramos esta cesta en un mercadillo... Realmente no la llamamos así a la primera; "el esto que ma gustao" fue como lo bautizamos a priori, al no haber visto antes un chisme parecido. A fuerza de otearlo por el taller, y tras su posterior transformación, decidimos que esta caja de madera con asa metálica era una cesta. ¡Y punto! El para qué fue diseñada en este pequeño tamaño, si es que lo fue para algo concreto, sigue siendo un misterio. Lo cierto es que nosotras le asignamos este uso tan útil y coqueto. Años después, hemos encontrado por la red este complemento o auxiliar, en una gran diversidad de tamaños. Estamos convencidas de que se trata de un objeto de campo o granja, sin embargo, nos encanta cómo se ubica y adapta a cualquier ambiente y función.







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¿Puede alguien darnos más norte sobre la utilidad original de estas cestas?


viernes, 26 de agosto de 2016

¿Y qué portas tú?

Hace un tiempo os mostramos aquí la redecoración de un reloj de madera, regalo publicitario de una marca de whisky. Igualmente obsequio de la bebida espirituosa es este porta mandos que yacía olvidado en un cajón.


Comenzamos a transformarlo con un par de manos de pintura a la tiza color flor de jazmín.


Las plaquitas de este collar fueron las causantes de que lo adquiriésemos en un mercadillo. Nos parecieron perfectas para personalizarlas con decoupage, o con cualquier otra técnica decorativa. Pero su fin, aunque ciertamente decorativo, iba a estar lejos de la idea inicial. Tijeras en mano y...


... ¡plaquita fuera!


Llevamos mucho tiempo admirando y envidiando en silencio a Marcela, cada vez que coge el pincel y se pone a escribir como si nada, con su maravillosa caligrafía. Y nosotras teníamos que intentarlo. ¡Qué cosa tan complicada! Apenas ensayamos en un papel para darnos cuenta de que no íbamos a aprender en un rato... Pero ya no era cuestión de echarse atrás; un poco de cara y mucho entusiasmo, ¡y al menos se lee lo que quisimos poner!


Hogar: nuestro lugar favorito en el mundo mundial. Lijamos suavemente las letras para integrarlas con el fondo blanco.


Y lista para adornar nuestro porta mandos, al que previamente también habíamos envejecido ligeramente. 


¿Hemos dicho porta mandos?


Ah, pues no... Ahora es un porta cubiertos.


Ups, y ahora un porta macetas, bien colgado de la pared...


¡Espera, espera! Mejor lo dejamos como porta abanicos, indispensable complemento de este caluroso verano.


¡Definitivamente ésto es un porta todo! Y con él, volvemos con muchísimas ganas a los findes frugales de Marcela Cavalieri, después de unas semanas ausentes por vacaciones. Seguro que allí nos dan otras ideas para nuestro "porta", a la vez que nos inspiramos con las propuestas de nuestras compañeras blogueras.


¡Feliz fin de semana!

viernes, 12 de junio de 2015

El "esto que ma gustao"

"Esto que ma gustao", es como definió una de nosotras a este chisme cuando lo encontró en una de nuestras mañanas de compras, mientras la otra regateaba con el vendedor un precio justo para otro tesoro (por cierto, un señor mayor encantador que, a fuerza de vernos, ya se ha hecho amigo nuestro y nos da la mano, todo caballeroso, cada vez que nos ve por su tenderete). Una especie de bandeja/cesta con asa de hierro. Como curiosidad decir que, tal y como reza la etiqueta que tiene en la parte trasera, está hecha con madera reciclada, sin que se haya, por tanto, talado ningún árbol filipino para ello (allí está fabricado el cachivache...).




Pues el "este que ma gustao" ha estado dando vueltas por la mesa del taller una buena temporada, en busca de inspiración....  ¡Y entonces nos vino una idea veraniega y frugal!

Una sola mano de pintura a la tiza verde hoja combinado con rosa empolvado nos permitió que, tras un buen lijado, nuestro cacharro adquiriera, más aún si cabe, un aspecto rústico en contraste con el uso que vamos a darle.





Por supuesto, mantuvimos la etiqueta original a la vista, protegida por un par de manos de barniz.


Y son los rigores del calor del verano sevillano que estamos padeciendo los que nos inspiraron. No hay mujer (y cada vez más hombres) que en esta ciudad no tenga en el abanico, su complemento "aliviador" más preciado. De hecho, solemos coleccionarlos, y nos gusta coordinarlos con nuestra forma de vestir. Por eso, nuestra canastilla para abanicos, como así la hemos finalmente bautizado, nos pareció perfecta para almacenarlos a la vista, muy decorativamente, y poder así elegir el que más nos vaya con el modelito en cuestión.




¿Cómo lo veis? A nosotras nos ha encantado, para qué mentir. Una idea estival para participar en el Reto cuatro estaciones de Inmaculada Frias, y sencilla y rápida para acudir de nuevo al Finde frugal de Marcela.



martes, 28 de enero de 2014

Abanicándote...

Por estas tierras, y debido a los rigores del verano, el abanico es el complemento indispensable de una mujer, y también de muchos hombres. Siempre llevamos uno en el bolso, como se llevan las llaves de casa o la cartera. Y a pesar de que su origen se pierde en el tiempo, es curioso pensar que este accesorio permanece inamovible e inalterable, y que, al menos en el sur, se continúa usando de la misma manera que lo hacían nuestros antepasados. Hemos dejado prácticamente de usar muchos de esos complementos de antaño: pitilleras, pañuelos de tela (una pena entre los caballeros...), relojes con cadena, pisa corbatas..., pero el abanico sigue acompañándonos, y lo seguirá haciendo desde que, allá por el año 2.697 a.c., la hija de un mandarín, para mitigar su calor, agitara su antifaz muy cerca de la cara.

Y por cierto, ¿quién no ha hecho el tonto alguna vez emulando a aquellos antepasados nuestros que, a través del lenguaje del abanico, se enviaban mensajitos y transmitían sentimientos?. Pues sabed que dependiendo de los movimientos, la posición o colocación del mismo se podían expresar más de treinta cosas... Desde " te quiero con locura", hasta "Lo nuestro se acabó". ¡Toma ya! Y si queréis saber más al respecto, mirad este post de Nena Kosta

Así que movidas por estas corrientes de aire, nos ha intrigado ver qué uso podíamos darle en la decoración del hogar... Ardua tarea ha sido ésta, la verdad, y es que a veces nos empeñamos en hacer entradas complicadas... Pero como somos tela de cabezonas... ¡Ahí van nuestros hallazgos!


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Y por vuestras tierra... ¿se usa el abanico?


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