Ayer terminó oficialmente la Navidad para los cristianos, con la celebración del bautizo de Jesús. Volvemos a nuestra rutina diaria no sin cierta alegría, todo sea dicho de paso. Para nosotras, el día de Reyes ha sido el más agradable de todo este periodo navideño tan peculiar... La falta de contacto familiar se ha hecho sentir, así que, al menos, el estar con nuestros hijos en un día tan ilusionante para ellos, ha permitido un poco de estabilidad emocional. Puede parecer superficial nuestra apreciación, por lo comercial que se ha vuelto el día de la Epifanía, pero si bien los gastos de estas fechas son superiores a lo normal, también hemos hecho un esfuerzo durante el año para ofrecer a los nuestros presentes que, en la mayoría de los casos, eran necesarios. No es cuestión tanto de dinero, como de "comerse la cabeza" en pensar cuál es el mejor obsequio para el ser querido. Una de nosotras ha recibido de sus hijos algo que nada tiene de costoso y que, sin embargo, ha dado en el clavo con el gusto de su progenitora. Una preciosa taza de animales para su colección. ¿Qué más puede pedir sin que merme el ya bastante escaso capital de sus vástagos?
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lunes, 11 de enero de 2021
Tazas en tu tocador...
Aprendemos a valorar las cosas en su justa medida, sobre todo en tiempos de tanta fatalidad. ¿Qué regalo, por ínfimo que sea, os ha causado más impresión?
Etiquetas:
Menaje aseo,
Tazas
Ubicación:
Sevilla, España
lunes, 30 de septiembre de 2019
Embatadas...
Es difícil que una de nosotras pierda el glamour... La otra, ya os lo contamos, es más de andar por casa y no tiene demasiado sentido del ridículo. Es una combinación estupenda porque hace el equilibrio suficiente para que la glamourosa contagie su buen gusto a la otra mitad de Retro, y que esta última saque de la primera su escondido "brote explosivo". Verla en su casa es un placer; no la encontrarás en la vida en bata o mal arreglada. La otra pasa por completo de su aspecto en el hogar, lo que no quiere decir que al salir cuide las formas de higiene y vestir, que en ello se basa también el respeto a los demás. Por una u otra razón, no somos de bata ninguna de las dos, salvo en el taller, claro, que no queremos embadurnarnos de pintura o de polvo mientras trabajamos. En casa, pasamos de la ropa de calle, a una ropa más cómoda o directamente al camisón o pijama, aunque esto siempre poco antes de acostarnos, que nuestros respectivos padres, curiosamente, nunca nos dejaron estar con ropa de noche si no era para "ir al sobre". Así que hoy le vamos a dar su sitio a la bata, pues no veas qué bien quedan en fotos deco. ¿O no?
miércoles, 22 de mayo de 2019
Cepillando...
Es de lo más relajante observar cómo un gato se acicala... Se toma su tiempo..., con tranquilidad, con cadencia, con elegancia.... Se lame cada "rincón" de su cuerpo de forma silenciosa, e ignorando por completo al resto del mundo, sobre todo a ti, que te quedas embobado disfrutando del aseo del minino. Un día te das cuenta que también le gusta que tú le ayudes a atildarse, y que un cepillado suave y sin estridencias puede llegar a encantarle. Incluso te lo pedirá. Perico, nuestra mascota del blog, aunque "propiedad" (el amo es él, que conste) de una de nosotras, aprovecha que vas al baño para pedir, primero, que le abras el grifo de de la bañera y dejes un hilo de agua para proceder a hidratarse. Luego, se afila sus uñas en la alfombrilla y se te queda mirando anhelante hasta que abres el cajón donde guardamos su cepillo... Entonces se tumba y empieza a ronronear mientras la dueña procede.... Y es que, hay que reconocer que un cepillo da muchas alegrías y beneficios, ¿no? Nuestro cabello, nuestros dientes, nuestra espalda, nuestra ropa.... ¡Y decoran!
miércoles, 29 de octubre de 2014
Peluqueras a la fuerza
Si, si, esas somos nosotras... Ambas cogemos las tijeras y le hacemos un buen avío a nuestros respectivos (no les hace demasiada falta, todo sea dicho de paso, jeje), a nuestros hijos y a cualquiera que se nos ponga por delante. Y es que se han acostumbrado a la comodidad que da el no tener que ir a la peluquería de turno..., ¡que ya mamá se encarga! Ya lo hemos dicho en más de una ocasión.... ¡Mujeres pa un pobre estamos hechas! Todo es ponerse, no hay límites a nuestras capacidades, porque el Hombre (y la mujer más, si cabe) puede conseguir lo que se proponga, con mayor o menor acierto, pero por empeño, ¡que no quede!
Seguro que más de una tiene también su rincón de barbería/peluquería. ¿A que sí?
jueves, 26 de diciembre de 2013
¡Para asearse a la antigua!
Dicen que los antiguos se lavaban poco... Que sí Isabel la Católica, que si la gente del medievo, que si la burguesia de fines del XIX sólo se bañaban al estar enfermos o al contraer matrimonio.. A saber... Quizás no se lavaran mucho pero, sin embargo, nos han legado dos recipientes cuya unión facilitaba su higiene, y hoy se han convertido en objetos con muchísimo sabor.
Jofaina (o aljofaina) es una palabra derivada del árabe, desgraciadamente hoy en desuso, porque mira que es bonita... Sinónimo de palangana, estos lavamanos pueden ser metálicos o de cerámica, siendo este último su material original. Pues la jofaina, junto con el aguamanil (del latín "aquamanirium"... agua y mano = jarra), eran utilizados hasta hace unos cuantos años, cuando no existía el agua corriente, para el aseo personal más elemental. Sin embargo, estos preciosos objetos no han desaparecido de nuestras vidas, y de hecho, se utilizan con asiduidad como elementos decorativos en baños y dormitorios.
Pues... ¿sabéis lo que os decimos? Que como por estos lares no llueva algo más, van a empezar las restricciones de agua, y ¿quién sabe?... quizás tengamos que volver a usar la jofaina y el aguamanil... ¿no creéis?
lunes, 16 de diciembre de 2013
Thelma y Louise y la pastilla de jabón...
¡Pastilla de jabón, arreá, pastilla de jabón...! ¿Os suena esta popular sevillana...? Y es que no hemos podido evitar tararearla al comenzar esta entrada, ¡aunque ésta no tenga nada que ver con las sevillanas! No, no... hoy os queremos contar cómo hemos redescubierto las pastillas para el cotidiano uso de lavarnos las manos. En realidad, una de nosotras no ha dejado de utilizarlas nunca, pero la otra hacía años que había sucumbido al jabón líquido para tal menester y, aunque suene raro, fue todo un hallazgo el comprobar cómo, en los lavabos de algunas casas aún seguían empleándose. Y todo este "descubrimiento" transcurre en un viaje que este verano realizamos las dos solas... Y recalcamos lo de solas, porque era la primera vez que nos escapábamos sin parejas, niños...Una aventura en toda regla, a saber: un coche, dos rubias y un mapa ¡¡Thelma y Louise en estado puro!!
Aclarar que fue una escapada de trabajo, y de hecho trabajamos y mucho. Una amiga que vive al norte de Portugal, Cruz, nos acogió en su casa, y no sólo nos paseó por un montón de almacenes y anticuarios, sino que ella y su familia fueron los perfectos anfitriones. Y allí, en casa de Cruz, descubrimos, bueno una de nosotras..., las pastillas de jabón. Ni que decir tiene que a esa de las dos le faltó tiempo para llegar a Sevilla, comprar una pastilla y un bonito recipiente donde colocarla...¡Cuánta novelería!
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Y es que no deja de ser un pequeño placer eso de estrenar una pastilla, humedecerla entre tus manos hasta conseguir mucha espuma, ver cómo ésta va desapareciendo con el agua, y por último, aspirar el aroma que deja en tu piel... Todo un pequeño ritual de aseo que, además, podemos disfrutar muchas veces al día... ¡humildes gestos que nos hacen la vida más agradable!
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