Adquirimos hace tiempo este rústico y saleroso, nunca mejor dicho, salero de madera, al que por fin le llegó su turno.
Le dimos una ligera lijada, y lo pintamos con pintura al agua en un suave azul grisáceo. Estamos reutilizando las pinturas que compramos al inicio de nuestra andadura, cuando las de tiza sonaban a algo que nadie sabía muy bien qué eran...
Otra lijadita, sobre todo en las aristas.
¡Y ala, a la playa que nos vamos!
Seleccionamos las conchitas que nos convenían y las pegamos con silicona.
No ha sido tarea fácil...; hemos elegido las piezas más minúsculas y tienen poca superficie de agarre.... ¡Al final había hilos de silicona por toda la superficie!
![](https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg2jhKT9J8o1k4rS17LHyKdDSNoeiqtFPP_fVIB9bwU_1-6kip9fRhCDpMMZa8A3yuS5FA1fnx9-yscMpQQahkj3cUIFsvV_Eg6oHkYyhKgC_JOj5BPQcK8FX1oyLvLxfRs9XyDSS2m0LQ/s640/salero+playero+coastal+8+retroyconencanto.jpg)
Aunque, con paciencia y una espátula pequeña, lo hemos dejado bastante apañado.
El salero, además de saleroso, es ahora muy playero.
Y decorativo, ¿a que sí?
Con él nos vamos hacia otras latitudes más frías, a casa de Marcela y su Finde Frugal, a acercarle un poquito de nuestro verano. ¿Nos seguís?
¡FELIZ FIN DE SEMANA!