Ternura y decoración.

Otro viernes más nos unimos a la cita que convoca Marcela, esta vez con una coqueta estantería que tuvimos la suerte de que nos regalara un familiar. Y a nosotras estos pequeños auxiliares... ¡ya sabéis que nos pierden!

La lijamos a conciencia para retirar el barniz brillante que la protegía y, con pintura a la tiza en blanco roto (le estamos dando un descanso al mint), procedimos a pintarla...

... y a lijarla siguiendo las curvas del mueblecito.

Para terminar, una buena mano de cera y unos pequeños amigos que tenían muchas ganas de tener su propio espacio.

Todos tenemos dentro de nosotros la capacidad de embellecer cualquier sitio... Hasta el rincón más "practico" es susceptible de ser acicalado. Y si es con humor y un poquito de ternura, ¡mucho mejor!

Con nuestros patitos de colores nos vamos a ver a Marcela y sus frugales convocatorias de los viernes, donde tanto aprendemos con las ideas de nuestras amigas blogueras.

¡Feliz fin de semana!

¿Crucero? ... No, gracias.

"¡Que nooo, que en barco no, que seguro que me mareoooo!". Eso dice una de nosotras cada vez que alguien le propone hacer un crucero... Pero no, no es verdad... Y es que nunca le han propuesto hacer un crucero, que todo hay que decirlo. Esa negación con posible "pota" (bonita palabra donde las haya y muy usada por nuestros vástagos....), es la excusa inventada por la interfecta ante la falta de iniciativa por "la parte contratante" a efectuar travesía alguna por la mar...  Y la mar de a gusto, también es cierto, que estamos sobre tierra firme, observando cómo nuestro pequeño barquito navega tranquilamente en el interior del habitáculo de cristal que tan bellamente lo alberga... Que ya vendrán tiempos mejores en los que a una le traigan en cajita de regalo los pasajes para recorrer las islas griegas, o los fiordos noruegos... Qué recuerdos aquellos en que, de niñas, jugábamos remando con la patera de Teodoro (un agradable anciano que nos dejaba su "bajel" para recorrer nuestro navegable río Guadalquivir). Hasta ahí nuestra experiencia en expediciones en navío.... 

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Y vosotros...  ¿navegáis u os mareáis? :)

Traseros y traseras

Quizás no debiéramos hablar del tema que a continuación vamos a abordar, pero ¡qué caray!, ya tenemos una edad y cada día menos vergüenza (entiéndase de la tonta, de,.."no hago o digo algo porque me da vergüenza"). Así que hoy vamos a charlar sobre las posaderas. Una de nosotras las tiene muy bien puestas desde que nació, para gloria de los vaqueros que tan bien le sientan siempre. A la otra su hijo varón le llama "culo gordo", ... muy cariñosamente, eso sí. Menos mal que ahí está su hija para decirle, "mamá, ni caso, qué vas a tener el culo gordo; estás perfecta" (a quién creer...). Lo que está claro es que la cuestión traseros nunca es indiferente para una mujer (ya ni comentamos para los señores, pues eso ocuparía pliegos y pliegos...), y nos recordamos desde adolescentes intentando mantener a raya allí donde la espalda pierde su casto nombre. Sin embargo, y por eso de la edad que comentábamos al principio, como lo tenemos allí atrás y no lo vemos, cada día nos importa menos... Un poco como estos marcos, que se han olvidado del trasero, perdón, la trasera, pero que lucen de maravilla de frente, seguros, y ajenos a lo que se cueza por detrás.

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Un marco, un cajón o una caja desfondada (como ha sido nuestro caso)..., pueden transformarse, en un momento, en ligeras estanterías que cambien por completo el aspecto de una pared. ¿No os parece una propuesta decorativa sencilla y encantadora?

De patito feo a cisne.

"Lo mejor que podemos hacer es desmontarla entera", dijo una de nosotras nada mas ver con detenimiento la pequeña estantería que acabábamos de adquirir. Y no es que la foto esté torcida, es que así de descuadrada y hasta rota, se encontraba. Pero aún en este estado nos conquistó.

Dicho y hecho. Lo siguiente fue untar bien cada pieza con decapante... Aquí tenemos que desahogarnos; ¡cuánto lo odiamos! No sabemos la de capas que tuvimos que darle, y cuanto rasca que te rasca con la espátula. Y mira que cada vez que terminamos de usarlo en algún trabajo decimos... ¡nunca más! Pero volvemos a tropezar una y otra vez con la misma piedra...

Aunque el resultado compensa, ¿no creéis? Mirad qué derechita y qué limpita. ¡Da gloria verla!

Sus manitas de pintura en blanco roto...,

... y cera para terminar. ¡De patito feo a cisne!

Teniendo en cuenta que, tanto la podemos colgar como apoyar, y que aún no sabemos cual será su destino definitivo, hemos optado por decorarla con un coqueto juego de café.

Y con ella nos vamos a visitar a Marcela y sus findes frugales para compartir ideas e inspiración.

¡Feliz fin de semana!

Sal y pimienta

Nuestro amigo Antonio recientemente ha tenido un "sustillo" de salud... ¡Y de golpe y sopetón le han suprimido la sal! Investigando a ver cómo se come eso de eliminar este condimento tan preciado de la dieta, hemos averiguado unas cuantas cosas sobre cómo hacer apetecible la comida sin él. Así, por ejemplo, que la pimienta negra es un potente anti bacteriano natural, entre otras muchas propiedades, y que el resto de las especias aromatizan y enriquecen los platos, no sólo de forma natural, sino también de manera beneficiosa para la salud. ¡Ay, Antonio, con lo que te costaban los sabores en Marrakech! Y ahora resulta que el cilantro, la cúrcuma, la canela..., se han convertido en tus mejores aliados culinarios. Pues sí, amigo, nunca es tarde para aprender a comer de otra manera. Si la sal no es buena, ¡todos a darle a la pimienta!, que la vida, con un poquito de picante, tiene su punto y seguro que se vive mejor.

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Antonio, ya queremos verte en la calle, ¡que te echamos de menos! Si estos pequeños recipientes han sabido reciclarse para decorar, ahora te toca a tí encontrar otro modo, diferente, no peor, de exprimirle el máximo jugo a la vida. ¿Tenemos o no tenemos razón?