Empezamos la semana con otro ánimo, que lo pasado, pasado está. ¿No creéis?
Empezamos la semana con otro ánimo, que lo pasado, pasado está. ¿No creéis?
¿Y lo que nos gusta un busto a nosotras? ¡Mucho!, como posiblemente ya sabréis, pues son varias las veces que han asomado sus "cabecitas" por estas páginas... Y casi todos vintage o, al menos, comprados en mercadillos de segunda mano. Hasta tenemos uno igual cada una, conseguido en diferentes días, de una muchachita de escayola a la que llamamos cariñosamente "la fea", porque lo es un rato; da hasta susto de lo seria que vive permanentemente... Pues aun así, nos encanta. Por eso, cuando comenzó la tendencia de las testas porta plantas, supimos que, antes o después, nos haríamos con una. Y fue desde el escaparate de un "Asian shop", el sitio más inesperado..., que esta pequeña laureada de piedra, que veis en nuestra foto, nos hizo guiños. El factor sorpresa y nuestro gusto por la estatuaría clásica jugaron a favor de que se viniese a casa, donde luce tan ricamente, eso sí, con una vela, en vez de una planta.
Este portarrollos de cocina de madera siempre nos gustó, pero nunca fue estrenado; nos hemos acostumbrado a usar rollos de papel de tamaño gigante, demasiados grandes para este soporte.
Esa frase os llevará a más de uno a la preciosa canción de Manolo García, Insurrección... Viene al caso para hablaros de la cantidad de momentos extraordinarios que hemos vivido juntas y que, en el taller o en nuestras quedadas para caminar, recordamos con cierto temor al paso del tiempo. ¡Cuántas situaciones especiales y cuántos instantes se quedaron en nuestra retina como si de otra vida se tratara! Nuestro viaje al Portugal profundo, en busca de maravillas para nuestro taller, es una de esas ocasiones que ya parecen ajenas a nuestras actuales circunstancias. Lo recordamos con un cariño especial por encontrar allí la libertad que da el no conocer a nadie, ni que nadie nos conozca. Las risas, la incertidumbre de llegar al destino sin perdernos, las carreteras poco transitadas, los hallazgos y la belleza de los mismos... Todo nos parece ya "una foto a contraluz", como diría el autor de la mencionada canción. Ese es sólo un retal de lo que la existencia nos ha dado hasta ahora. Son ya cerca de 20 los años que hace nos conocemos. Hemos mantenido nuestra amistad y compartido tantas cosas que darían para escribir un libro que, esperamos, tenga continuación. El secreto de esta duradera amistad es la lealtad, un valor quizás en desuso que ha dado frutos. Y lo seguirá haciendo.
Durante nuestras vacaciones también hemos sacado algo de tiempo para hacer pequeñas manualidades sin complicación, capaces de dar un aire diferente a rincones de nuestras casas. Mirad estos cuadros, sobre todo las láminas: completamente desvaído el color a causa de la luz... Una de ellas posa sin el marco, una vez que tuvimos claro cómo íbamos a transformarlos.
Y, por hoy, poco más que contar; tan solo, eso sí, desearos un magnífico
¡FELIZ FIN DE SEMANA!
¡Hola, amigos! ¿Qué tal ha ido el mes de agosto? Esperamos que todos lo hayáis pasado plácidamente, con vacaciones o sin ellas... Nosotras hemos tenido un poco de todo; días de asueto, de trabajo, viajes realizados, viajes frustrados... Pero el balance es positivo; ha sido un buen mes. Y aquí estamos de vuelta, inmersas en pleno septiembre, ese mes en el que, por lo visto, también comienza el otoño climático. Sin embargo, nos resistimos a ello; por aquí es puro verano, y lo seguirá siendo mucho más tiempo, así que, nos cuesta mucho pensar en calabazas, tonos tierra o prendas de abrigo... Ese querer correr tanto con el tiempo hace que éste pase más deprisa aún de lo que ya de por sí vuela... Nosotras vamos a ir a nuestro ritmo y éste, aún está mecido por las olas del mar, por el ligero color tostado de nuestra piel, por esas sandalias que serán la última prenda veraniega que nos quitemos, allá por noviembre, y la decoración natural y refrescante que aportan a nuestros hogares las caracolas, las conchas y otros bichitos marinos...