¿Recordáis aquel post en el que os hablábamos de un hurto botánico? Gracias a vuestros comentarios, aprendimos que se trata de una planta de la familia de las Tradescantias, y que, comúnmente, es conocida como "amor de hombre" o "pamplina". Esas matitas de aquella otra entrada pasaron a mejor vida por circunstancias, pero nos hemos agenciado otras nuevas, esta vez de un parterre cerca de una de nuestras casas, en las que crecen casi lujuriosamente... Las pusimos en agua para que echaran pequeñas raíces...,
..., y este fin de semana, aprovechando el buen tiempo del que aun disfrutamos, nos dedicamos a trasplantarlas. Elegimos esta maceta de barro pintada de blanco y ligeramente craquelada...,
..., que, nos pareció, mejoraría con algún detalle que la adornara mínimamente. Con cola de decoupage y un cromo de nuestra colección, pusimos remedio inmediato.
Esta planta tiene fama de invasiva, pero a nosotras nos parece lo más. Apenas tiene problemas para reproducirse y requiere de cuidados mínimos.
Rellenas la maceta de tierra, abres pequeños agujeros, con el dedo mismo, introduces cada mata, cuidando que las pequeñas raíces queden enterradas. ¡Y listo!
Sus ramas comienzan a colgar antes de que te quieras dar cuenta...,
..., lo que la hace perfecta para colocar en alto, como un portamacetas o una estantería. Y precisamente en ésta última es donde ha ido a parar.
Para evitar que el agua del drenaje manche nuestro estante, le hemos colocado un coqueto cacharro que evita el desastre. Y con nuestro decoupage y nuestra jardinería básica, nos vamos a casa de Marcela Cavaglieri y su Finde Frugal...
¡FELIZ FIN DE SEMANA!