Llegamos al final del 2015. Una de nosotras no se puede quejar de año, que ha sido bueno en general, y le da gracias a Dios y a la Vida por ello. La otra, por el contrario, le da gracias porque ya se termina. Una larga lista de sucesos "desagradables" le hace pensar así. Pero no por ello hay que venirse abajo. ¡Que la Luz de la Esperanza viene con el 2016! Y si esa luz viene por partida doble (sus dos hijos la hacen posible), mejor que mejor. Esta es nuestra manera de dar la bienvenida, con luces a pares, a un año que, si bien se presenta con incertidumbre política y económica, también lo hace con fe en las novedades que puedan sorprendernos, con mucho optimismo e ilusión. ¡Que así sea!
Lo dicho, que todo lo mejor llegue a vuestros hogares y que no dejemos de confiar en esa Luz que nos iluminará cada día del año que se presenta.
¡FELIZ AÑO NUEVO!
¡Nos vemos el primer lunes del 2016!