Las conoceréis seguro... Son muñecas tradicionales rusas creadas en 1890 que se encuentran huecas por dentro, de tal manera que en su interior albergan una nueva muñeca, y ésta a su vez a otra, y ésta a su vez a otra, en un número variable que puede ir desde cinco hasta el número que se desee, siempre y cuando sea un número impar...
A una de nosotras, y a su única hermana, sus tíos les trajeron de un viaje a Moscú un juego de estas curiosas muñequitas.... Se pasaban las horas jugando con ellas... abriendo y cerrando, metiendo y sacando, y finalmente, rompiendo y tirando... Una pena, pero ya se sabe, los niños (y las niñas, en este caso) no suelen tener apego a ningún juguete y los tratan como a la primera rebanada del pan de molde, ¡eso es una verdad como un templo de grande!
A una de nosotras, y a su única hermana, sus tíos les trajeron de un viaje a Moscú un juego de estas curiosas muñequitas.... Se pasaban las horas jugando con ellas... abriendo y cerrando, metiendo y sacando, y finalmente, rompiendo y tirando... Una pena, pero ya se sabe, los niños (y las niñas, en este caso) no suelen tener apego a ningún juguete y los tratan como a la primera rebanada del pan de molde, ¡eso es una verdad como un templo de grande!
El caso es que estas matrioskas, que así se llaman (nueva palabra para nuestro diccionario...) dan de sí... No sólo sirven para abrir, meter, romper y tirar. ¡¡También decoran!! ¿Que no? Aquí tenéis unos cuantos ejemplos:
No nos va a quedar más remedio que ir a Rusia... (después de ir a Venecia, claro), aunque a nosotras nos sobra con nuestro imán en el flexo de trabajo, jeje.