Un macetero para todo el año...

La pasada Navidad una de nosotras recibió una flor de pascua en esta cesta. La pobre planta terminó marchitándose del todo, a pesar de nuestros cuidados y, desde entonces, el macetero, junto al pie de hierro, languidecía en una esquina escondida del salón...

Su estética, para nosotras tan directamente ligada con las Pascuas, nos impedía dejarla a la vista todo el año, y a punto estuvimos de deshacernos del contenedor, cuando nos visitaron las musas. Para empezar, quitamos ese plástico protector del interior, aunque lo guardamos, pues siempre nos pareció una gran idea de esta maceta.

Con un alicate cortamos el asa, y pintamos con nuestro infalible verde mint.

Volvimos a colocar, cosido, el plástico protector que nos asegurará que cualquier agua de riego no estropee la pintura...,

..., y, por último, le colocamos, pegada, una puntilla de plástico de esas que venden para rematar estantes y estanterías.

Le hemos dado la vuelta a la cestita...

¿No os parece?

Ahora luce fresca, juvenil y podemos disfrutarla todo el año sin necesidad de esconderla. Y la próxima Navidad, Dios dirá...

Con este sencillo pero coqueto diy nos despedimos por hoy, no sin antes desearos

¡FELIZ FIN DE SEMANA!

Atados y bien atados...

Hay que ver cómo cualquier acción tiene, para nosotras, un desenlace que nada tiene que ver con la idea inicial. La practicidad, a veces, desemboca en cuestiones de índole menos pragmática y funcional. Quizás sea por nuestra particular forma de ver nuestro entorno, y que sabemos coincide con muchos de nuestros lectores, pero la percepción de los objetos que nos rodean tienen, en nuestro cerebro, un aspecto mucho más decorativo que otra cosa. El ejemplo de hoy lo tiene un pequeño cuadro floreado que había perdido la adherencia de su marco y tuvimos que encolarlo. Como no acudimos al taller, echamos mano de lo que encontramos por casa, y un cinturón de tela de un vestido veraniego hizo las veces de cinchas para fijar la cola de nuestro lienzo. Y mira tú que ha quedado decorativa la estampa. ¿No creéis? Pues le hemos cogido el gustillo a esto de liar las pinturas.

Foto

Foto

¿Os gusta el resultado? Por cierto, ya parece que nos vemos menos atados al confinamiento... Poquito a poco...

¡Que me aspen!

Una de nosotras tenía en su pequeño salón esta mesa baja...

A pesar de su bonito diseño con aspas, estaba ya muy deteriorada por el potreo de las cenas, de usarla de escabel o de cama veraniega de Perico...

Así que nos decidimos a meterle mano... Leve lijado...

y pintura blanca a la tiza.

Probamos a dejar las aspas y el interior de la mesa en su color original...,

pero no nos terminaba de encajar, así que decidimos darle un toque distinto de color para ver si el resultado nos atraía más.

El contraste nos gustó, así que continuamos pintando en ese verde desgastado el interior de nuestra mesa. Al finalizar el tiempo de secado, lijamos levemente las aristas.

¡Y así de resultona ha quedado!

Ahora queda más acorde con la parte del comedor que ya arreglamos hace unos días. ¡Hay que ver lo que está dando de sí en productividad creativa este confinamiento!

La una de nosotras está encantada con el resultado, y su familia también. ¿Qué os parece a vosotros?

¡FELIZ FIN DE SEMANA!

Esa luz que se vislumbra...

Parece ser que la luz comienza a verse al final del largo túnel del confinamiento... Sin embargo, este momento de la desescalada nos está costando muchísimo trabajo a las dos. La situación económica es tan crítica que hay que mover el país sí o sí...Tenemos que trabajar duro y consumir, cada uno en la medida de sus posibilidades, para que todo vaya despertando de este largo letargo... Pero, en realidad, el bichito sigue estando suelto. Lo dificil es, pues, aceptar el hecho de que tenemos que reincorporarnos a la vida sabiendo que hay que convivir con el enemigo. Así de claro y cierto. ¡Y ahora es cuando, más que nunca, queremos quedarnos en casa! Sin embargo, toca ser valientes, prudentes y responsables y aceptar que, pese a todo, podemos contagiarnos, pero es inevitable echarnos a este otro mundo de mascarillas y distanciamiento, que tenemos que aprender a conquistar. Pues sí, vamos a considerar que la luz comienza a vislumbrarse, aunque sea muy tenue... Pero siempre esperanzadora, y hoy, llevada por bellas colecciones de candeleros. De cristal (material por el que sentimos, en general, especial predilección), cerámica, metal o madera..., resultarán de lo más decorativos, con o sin esa llama de confianza que tanto necesitamos ahora.

Foto

Foto

Foto



Foto



Foto

Mucho ánimo a cada provincia, se encuentre en la fase que se encuentre... Paciencia y al toro; volveremos a conquistar nuestras vidas.

La belleza está en el interior...

Teníamos estas seis cajas de cartón dando vueltas por casa, sin saber muy bien qué hacer con ellas, hasta que se nos ocurrió darles una utilidad. Le comentamos la idea a una de nuestras niñas quién, inmediatamente, la aceptó encantada con tan sólo una condición; que las pintásemos. Y no, no se refería a la parte azul de las cajas...

Sino a la blanca, pues, aunque no se aprecia demasiado bien, estaba llena de publicidad.

Tras dos manos de color blanco roto, ni rastro de nombres ni marcas...

Con las manos, cortamos los dibujos de esta servilleta tan romántica...

..., que aplicamos con decoupage sobre la superficie de cada pequeño contenedor.

Y así quedaron transformados.

Hemos adherido los motivos por las dos caras más largas de cada uno.

Y ahora os preguntaréis cuál será su destino...

Para eso, tenemos que trasladarnos al cuarto de una de nuestras hijas y abrir el cajón de los calcetines... Mantenerlo ordenado resulta complicado...

Salvo que los agrupemos en nuestras nuevas cajitas, pensadas y decoradas directamente para los díscolos pares.

Ahora sí, abrir este cajón se convierte en una experiencia placentera y, aunque no se aprecie a primera vista, la belleza está en el interior...

Nos hubiera encantado hacer las ultimas fotos con luz natural, pero ese día no paró de llover y estuvo oscuro como boca de lobo... Y si os estáis preguntando dónde ha ido a parar la parte azul de cada caja, se encuentran cumpliendo la misma función pero en el lado masculino de la casa, y sin intervención alguna por nuestra parte, pues ese color fue acogido con mucho gusto tal cual.

Con este sencillo y útil reciclaje nos despedimos por hoy.

¡FELIZ FIN DE SEMANA!

Tejer o no tejer...

El tema de conversación que prevalece, muy a pesar de todos, sigue siendo la maldita pandemia... Cada uno da su opinión sobre cómo y cuándo se debía afrontar, de qué medidas tomar y de dónde iniciar la ya famosa desescalada... Que si distancia de seguridad, que si guantes, que si mascarillas... Y a estas últimas llegamos. Cada vez las vemos más  por nuestras calles, hasta hacerse casi imprescindibles. Con las dudas creadas sobre estos tapabocas el asunto aún no nos queda claro: se indicó en principio que no eran necesarias, que si había modelos poco efectivos, que si las caseras no servían... Hay quien las ha fabricado con telas de algodón y quienes han usado TNT, esto es, tejido no tejido... Desconocíamos este término hasta este momento, pero es "una red de fibras unidas por procedimientos mecánicos, términos o químicos, pero sin ser tejidas", según nos dice wikipedia. Y aquí llega nuestra disyuntiva... tejer o no tejer, he ahí el dilema... 

Foto



Foto



Foto



Foto



Foto

Entre tener que usar las agobiantes, pero necesarias, mascarillas y poder tejer punto a salvo en casita, nos quedamos con esto último... Cuidaos mucho, seguid las recomendaciones y sed felices con las circunstancias que nos ha tocado vivir.

Un pie de mesa... ¿para Perico?

¿Recordáis que una de nosotras adquirió por internet unas nuevas sillas para su comedor? Pues también recordaréis que la mesa a la que rodeaban ahora no tenía "filin" con ellas... El pie se veía demasiado fuerte, oscuro y mazacote para asientos tan livianos.

Con la ayuda de una de las Julias, se retiró el pesado cristal que cubría nuestro basamento. Automáticamente, Perico hizo de él su lugar en altura para observar nuestros movimientos...

Elegimos el color blanco para aclarar el pedestal. No tuvimos que lijar, pero sí aplicar hasta cuatro capas de pintura a la tiza para cubrir tanta oscuridad.

Perico insitía... "Este es mi sitio y de aquí no me muevo", parecía decir desafiante y altivo. Pero no le quedó otra que huir a sus aposentos cuando su "madre" le pidió "amablemente" le dejara continuar con su trabajo redecorativo.

Con la lija envejecimos hasta adquirir el resultado deseado.

La roseta central lucía ahora mucho más que con su aspecto oscuro anterior.

Parece que las sillas han aceptado con mayor gusto a su compañero central. El pie ha rejuvenecido y ha dado más luz al comedor que lo alberga, ¿no creéis?

Seguimos siendo responsables en la "desescalada" y os deseamos...

¡FELIZ FIN DE SEMANA!