lunes, 26 de septiembre de 2022
Espejos y su entorno...
lunes, 19 de septiembre de 2022
Cubitos...
lunes, 12 de septiembre de 2022
Curioso cesto...
Hace unos días llevamos a Borja al veterinario para una revisión. Perdón; no os hemos presentado a Borja Mari... Es el gatito de la madre de una de nosotras. En Navidad falleció su anterior mascota, Pepe, tras una larga enfermedad (que dirían en los informativos) y, después de guardar unos meses de luto al querido minino, vino a casa un jovenzuelo anaranjado que conquistó a su nueva dueña devolviéndole la alegría tras la marcha de Pepote...
lunes, 5 de septiembre de 2022
Mi mesa de madera
Las mesas de comedor que tenemos en Sevilla son, una de cristal y la otra de madera. Ésta última es delicada, y a la hora de comer, siempre es necesario vestirla con un protector y el mantel correspondiente. Eso no pasa en la playa, donde una mesa de madera maciza y de aspecto rústico sirve desde apeadero, cuando se llega cargado con bolsas, hasta de oficina, cuando llega el momento de desplegar ordenadores y carpetas, pasando, por supuesto, por comedor. Y en tantas funciones asumidas, y sin más coraza que su propio sobre de madera, aguanta el tipo con dignidad y con la sabiduría de saber que, cualquier pequeña marca o arañazo, no hará sino añadirle belleza. Por todo esto la adoramos, a pesar de ser una mesa, pues reconocemos la nobleza del material y el estilazo con el que sobrelleva el temido paso del tiempo...
Y con estas mesas rústicas tan vintage y que tanto nos gustan, volvemos al blog después de un tiempo de descanso... ¿Qué tal vuestro verano? Esperamos que muy bien, y que septiembre nos coja a todos con las pilas bien cargadas, y muchas ganas de hacer y compartir historias nuevas.
lunes, 4 de julio de 2022
Enmarcando la ventana...
Hace unos días probamos a desplegar una de las "lianas" de uno de nuestros potos sobre el marco de la puerta del salón, y así lo contamos y enseñamos en Instagram. Lo cierto es que la rama medía casi seis metros y estaba enrollada sobre si misma varias vueltas; era necesario encontrar una solución, y la idea de estirarla sobre el quicio nos gustó y convenció. Tanto que decidimos hacer lo propio con otro de los potos que tenemos en la cocina, también hermoso y lustroso para nuestro orgullo "maternoplantil"... Además, éste último tenía el serio inconveniente de que, si nos despistábamos, alguna hoja se nos había chamuscado con la tostadora que tiene justo debajo... Unas perchitas adhesivas, convenientemente colocadas, ha sido la solución para que la rama más larga enmarque con su verdor la ventana, y lo más importante, libre de crecer sin sustos. ni quemaduras...
Difícil imaginar un lugar mejor para una planta, dentro de un interior, que al lado de una fuente natural de luz, o sobre ella...