Por fin terminaros las fiestas navideñas... Se nos hacen eternas a las dos, y más cuando el Covid-19 ha hecho acto de presencia en nuestros hogares, y otras enfermedades que no vienen al caso contar... Nuestro ánimo no ha estado a la altura, si bien hace tiempo que estas fechas las queremos pasar cuanto antes... Incluso el día de Reyes, el único que llevamos con mejor actitud e ilusión, este año ha sido distinto... Pero ya pasó. Ya hemos quitado los adornos de nuestras respectivas casas para volver a la normalidad. Sólo permanece una pequeña colección creada a partir de las figuritas del Roscón de Reyes (por estos lares, hasta hace poco, se llamaba Rosco de Reyes, pero nos hemos ido acostumbrando al apelativo aumentativo que impera en el resto de España). Esas pequeñas figuras, alegras y coloridas, han tomado sitio en el salón de una de nosotras, recordándonos que hemos sido niñas y con buenos recuerdos de esas tardes de 5 de enero, cuando aún disfrutábamos de la Navidad. Y seguro que esos días vuelven, por qué no...
