Hace tiempo que no visitamos un mercadillo de nuestra ciudad, entre otras cosas porque, dos de ellos, a los que éramos asiduas, han sido declarados ilegales... Tan solo queda, pues, uno de antigüedades y cosas vintage, pero se celebra los jueves por la mañana, y las dos trabajamos en ese horario... Lo cierto es que echamos mucho de menos nuestras "intrépidas" jornadas de compras, por lo visto, al margen de la ley..., así como los pequeños tesoros que conseguíamos, bien para la tienda, bien para nuestras casas. Y de entre ellos, los más añorados son las pequeñas tablitas pintadas con flores, paisajes, incluso románticas damiselas... Ya hemos comentado en otras ocasiones lo versátiles que resultan; lo mismo las puedes colgar en una pared, apoyar en una estantería o , y de esto va el post de hoy, aunque no lo parezca, en un caballete de mesa. Hemos descubierto, en estos pequeños auxiliares, otro elemento de lo más veleidoso, por su fácil movilidad y el juego decorativo que permiten, además de ser la pareja perfecta de nuestras pinturas y tablitas.
miércoles, 13 de junio de 2018
lunes, 11 de junio de 2018
¿Almendro o cerezo?
Seguimos esperando el verano.... Se está haciendo de rogar y ya hemos pasado el 40 de mayo... No creáis que estamos deprimidas por ello, no, que cuando por estos lares llega el calor, quisiéramos huir al norte... Somos nórdicas por piel y colorido, y eso se traduce en sangre fría de anfibio (es raro que tengamos fiebre, la verdad). Pero a lo que vamos; parece que estamos en la época en que los almendros dan a luz, pues florecen temprano para arriesgarse al azote de una eventual helada antes que a las durísimas sequías del verano mediterráneo... ¡como nosotras! Y también nosotras teníamos dudas... ¿Y qué pasa con los cerezos? Es cierto que en esos mismos días también florecen los cerezos, con flores muy parecidas, pero estas necesitan un cambio de temperatura brusco entre el invierno y la primavera, y eso sólo sucede en lugares como Washington o Japón. Decididamente, ambas especies son un espectáculo para la vista cuando germinan, y ambas perfectas para usar en arte (que se lo digan a Van Gogh) y en decoración.
viernes, 8 de junio de 2018
¡Nos visita Nieves!
¿Recordáis el sorteo que celebramos hace poco con ocasión de nuestro quinto aniversario? Pues quiso la diosa fortuna que la agraciada fuera Nieves, quién, ¡sorpresa!, vive en Sevilla. Le propusimos si le apetecía recoger su premio en nuestro taller, para mostrárselo y, sobre todo, conocernos, a lo que ella aceptó sin pensárselo. Podemos decir que también fuimos nosotras premiadas en esta lotería, pues Nieves resultó ser una persona encantadora, y fue un gusto pasar un rato con ella y charlar de nuestra pasión común; la decoración y el trabajo manual.
Además de que no venía con las manos vacías. Como hemos anticipado arriba, Nieves es una enamorada de las manualidades, la redecoración de muebles, la costura... y mirad con qué dos tazas personalizadas nos obsequió: para la que toma té...
..., y para la del café. Ni que decir tiene que están grabadas por ella, y por lo que intuimos nada más verlas, con mucho cariño.
Le pedimos que nos enviara una foto una vez hubiera ubicado el cuadro. ¿Habéis visto qué habitación tan bonita tiene Nieves? Fijaos en el aplique de la pared... Nos comentó que son los mismos (tiene la pareja) que compró hace treinta años cuando se casó... ¡Si es que la que nace con gusto!
Además, nos mostró este centro de flores de porcelana, ¡hecho por ella!, el cual había regalado a su suegra hacía poco....
Le animamos a que creara un blog para enseñar sus trabajo y nos dijo que a veces le ronda la idea... ¡A ver si se decide pronto!
Y con esta crónica de una nueva amistad, nos despedimos hasta el lunes, deseándoos...
Y con esta crónica de una nueva amistad, nos despedimos hasta el lunes, deseándoos...
¡FELIZ FIN DE SEMANA!
miércoles, 6 de junio de 2018
De tejas y tejones...
Hace unos cuantos días hemos pasado un fin de semana muy especial. En compañía de amigas del colegio, y sus respectivos, acudimos al cortijo de otra de esas compañeras de la infancia, convertido en un maravilloso hotel rural. En él disfrutamos de su belleza y la de su entorno. Ni que decir tiene que, como ya sabéis, no estamos muy acostumbradas a la vida campestre, y por eso nos asombra cada planta, cada insecto, cada animal.... Una noche salimos con el coche a cenar al pueblo contiguo, Arcos de la Frontera, y, en el trayecto por algo parecido a un camino de cabras, previa a la carretera, un par de animalitos de mediano tamaño se interpuso ante nosotros. Como somos tan "catetas", nos costó descubrir de qué especie se trataba. Uno de nuestros hombres, más curtido en estos temas, nos sacó de dudas. ¡Se trataba de una pareja de tejones! Era curioso verlos correr y pararse en el arcén para dejarnos paso, con un poco de miedo en sus graciosas caritas alargadas. Vimos también conejitos y liebres, y alguna que otra ave nocturna...
En definitiva, un par de días de aprendizaje de la vida rural que no dudaremos en repetir. Tuvimos que irnos el domingo por la mañana, porque en la hacienda se celebraba una Primera Comunión... En las preciosas mesas vestidas que decoraban el patio porticado, unas tejas servían de centro. En ellas, unas primaverales buganvillas daban color y luz al, ya de por sí, hermoso lugar.
En definitiva, un par de días de aprendizaje de la vida rural que no dudaremos en repetir. Tuvimos que irnos el domingo por la mañana, porque en la hacienda se celebraba una Primera Comunión... En las preciosas mesas vestidas que decoraban el patio porticado, unas tejas servían de centro. En ellas, unas primaverales buganvillas daban color y luz al, ya de por sí, hermoso lugar.
Y entre tejas y tejones os dejamos disfrutar de estas decorativas imágenes. ¿Cómo lo veis?
lunes, 4 de junio de 2018
Vestir la mesa
La tía de una de nosotras, fallecida no hace mucho y con los ochenta años cumplidos, tenía una mano maravillosa para las labores. La señora era licenciada en químicas, trabaja impartiendo clases de esta materia, además de física y matemáticas (una de nosotras la "sufrió" en el colegio...). Era, pues, una mujer adelantada a su tiempo, además de ser espectacularmente guapa y tener un gusto exquisito para la ropa de vestir; elegante y sofisticada hasta para explicar logarismos en la pizarra. Todas estas cualidades y facetas de su personalidad, a su sobrina adolescente nunca le cuadraron con su afición por la costura, más propia, según pensaba entonces, de abuelas o señoras más tradicionales. Sin embargo, al finalizar cada jornada, el momento de relax de esta pariente llegaba con la aguja y los hilos y, casi siempre, enfocados al hogar: cortinas de vainica, "petit pua" para tapizar asientos, mantelerías de punto de cruz... Pequeñas obras de arte con las que decoraba su casa, y con las que de vez en cuando nos obsequiaba, como esta toalla de hilo bordada que ahora hace las veces de camino de mesa, y nos recuerda con nostalgia a esta tía carismática y hacendosa como pocas.
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