Cuando íbamos a publicar este post, nuestros amigos del blog "Lowcost por el DIY" editaron en Instagram una foto muy parecida a la nuestra, así que decidimos espaciarlas en el tiempo, pero sin renunciar a ella. Pues necesitábamos hablar sobre el "momento compra" (que en tiempos de "confinamiento" se sobreentiende referido a alimentos, limpieza, farmacia y poco más...). Momento más que temido por aquí las mendas, que nos quita el sueño dos días antes y que, por supuesto, intentamos espaciar lo máximo posible. Lo que nos obliga a proveernos de grandes cantidades a la vez. Nunca en la vida habíamos llenado la nevera de tanta fruta y verdura; con lo que nos gustaba antes acercarnos en un salto al "super" a por ese calabacín que nos faltaba para la cena... Eso, impensable y poco recomendable ahora... Pero recién llegadas a casa es cuando empieza lo bueno. Una vez superada la prueba sobre dónde puñetas dejas las bolsas trasportadoras vacías, esas que, previamente has dejado sobre el suelo de la cocina para descargarlas, él cual has fregado y desinfectado al instante..., comienza el lavado de cada pieza, una por una... ¡Hasta las hojas de las piñas pasan por el túnel de lavado! Y solo queda un consuelo final, mientras las dejamos secar: nuestro espíritu positivo, ese que, pese a todo, es capaz de encontrar belleza en los momentos más inesperados, se recrea en el bodegón que hemos formado sin querer, lleno de color y alegría. Va a ser que las compras, en los tiempos del covid, también tienen su aquel...
